Cuenta la leyenda amazónica que en lo más profundo de la selva existe un diablillo que cuida de ella y la mantiene alejada de malas intenciones. Éste puede tomar la forma de cualquier persona y observar nuestras acciones, por lo que si hacemos el mal a la selva, nos vendrá de vuelta. La única manera de diferenciarlo de la persona de la que ha tomado forma es levantarle su bota derecha. Si tiene una pata de ciervo, será el Chullachaqui.
Pero de lo que hoy os vamos a hablar no es de leyendas, es de nuestra experiencia en el corazón del Amazonas. Situado en medio de la selva se encuentra Amak Iquitos, un emprendimiento de ecoturismo local que hará las delicias de los más aventureros. Olvídate de la cobertura, del contacto con el exterior y disfruta del Amazonas en todo su esplendor.
Un poco de contexto
Para llegar al Amazonas peruano lo más común es dirigirse a Iquitos, la ciudad más grande del mundo sin acceso por carretera. Las estimaciones indican que aquí viven aproximadamente 1 millón de personas. La ciudad es mundialmente conocida por la película Fitzcarraldo, hoy en día es una película de culto a la que acuden los más clásicos.
Fundada en 1757 por misioneros jesuitas para combatir la resistencia indígena, Iquitos ha tenido varias fases de crecimiento que le dieron mucha prosperidad a la ciudad. La primera fue en la década de 1870 cuando surgió el boom del caucho y durante los siguientes 30 años los empresarios se hicieron sumamente ricos y los indígenas y mestizos sufrieron de semiesclavitud. De esa época podemos contemplar las mansiones con azulejos portugueses que exportaron los empresarios y que todavía se mantienen a día de hoy. Tras un período de declive, la ciudad volvió a resurgir con el descubrimiento de petróleo, hecho que le ha dado a Iquitos una nueva vida.
La manera más fácil de llegar hasta aquí es volar de Lima, donde hay vuelos directos diarios, así como desde Tarapoto, donde tendrás un vuelo a la semana directo y en ferry o carguero desde Leticia, Tabatinga y Santa Rosa, la triple frontera entre Colombia, Brasil y Perú, lo cual demorará unas 20 horas en ferry y hasta 3 días en carguero. Si vas en ferry, carga con un abrigo, lo agradecerás.
Nuestra experiencia en el Amazonas
Estamos a punto de embarcarnos en un viaje hacia el corazón del Amazonas, de su flora y fauna, de sus tradiciones ancestrales y de sus alegres habitantes. Vamos a redescubrir el mundo con una mirada nunca antes conocida. La Amazonía peruana es uno de los lugares más hermosos de nuestro Planeta y nosotros vamos a contaros cómo es esta aventura.
Nuestra desconexión con el mundo exterior fue en Amak Iquitos, un alojamiento situado en el corazón del Amazonas gestionado por población local que apostó en su momento por un turismo sostenible y verdaderamente responsable con el medio ambiente, con actividades propias para una inmersión profunda en la cultura e historia y donde se dan realmente oportunidades laborales a las familias de la región.
Se sitúa aproximadamente a 1 hora de Iquitos saliendo desde el Puerto de Bellavista Nanay. La travesía desde Iquitos hasta Amak la realizamos con Ramón, patrón local y buen conocedor del rio y su navegación. Realmente no eres consciente de la magnitud del río Amazonas hasta que no estás sobre sus aguas, la inmensidad de su tamaño y el caudal que maneja te hacen sentir pequeño. Y esto es solo el principio, para llegar a las instalaciones, tenemos que tomar una de las miles de bifurcaciones que tiene el río, donde las aguas están mucho menos profundas y más calmadas, y donde las embarcaciones son tradicionales siguiendo las costumbres locales.
La llegada al ecolodge es única, atravesar el manto verde de su exclusiva laguna a través de una pasarela tradicional te invita a pensar cómo van a ser tus próximos días. Acogidos por el cálido recibimiento de Gelber, tomamos una rica bebida elaborada con la fruta amazónica camu-camu y por fin conocemos la que será nuestra casa.
El espacio incluye un área central más un total de 20 cabañas distribuidas a lo largo de decenas de hectáreas. La parte central, a la que se accede en temporada seca por un puentecito de madera sobre la maravillosa laguna verde, hace a su vez de recepción y zona de descanso. Es un espacio abierto lo que te permite conectar con el entorno mientras descansas en sus sillones de madera. Aquí es donde estableceremos nuestro punto de reunión para todas las actividades que realizamos en el Amazonas.
Las cabañas ecológicas son de madera y están construidas siguiendo métodos tradicionales, la luz se recibe mediante paneles solares para minimizar el impacto ambiental. El espacio que ofrece el lodge dispone de gran distancia entre cada cabaña lo que permite mantener tu intimidad aunque tengas las puertas abiertas de par en par. Son el lugar ideal para el descanso en plena naturaleza, en ellas podrás desconectar totalmente.
Tras instalarnos nos presentan a nuestro guía Augusto, quien nos acompaña durante toda nuestra estancia. Poco a poco vamos conociendo a todo el personal que forma Amak Iquitos, un gran equipo humano de gente local que te ayudará en todo lo que pueda, haciéndote sentir como en casa. Augusto, Carlos, la cocinera Leo, Gelber, Roy y el resto del equipo, todos ellos forman parte del Amazonas, se nota que ésta es su casa y te harán ser partícipe de ella. La mayoría tienen raíces locales, habiendo nacido en las comunidades ribereñas adyacentes, donde mantienen su residencia, sus familias y sus vidas. Una gozada poder compartir con ellos su sabiduría amazónica, así como su amor por la naturaleza y el lugar del que forman parte.
Las experiencias
Cada lugar, cada acción y cada encuentro están enfocados a crear un compromiso ecológico y sostenible para la Amazonía y sus comunidades. Siempre acompañados por Augusto, nos vamos introduciendo en la vida amazónica tal y como lo hacen los ribereños. La barca será nuestro principal medio de transporte para navegar los ríos, protegidos por las aves que habitan sus orillas. Esta barca en la que viajamos es de madera y techada con hoja de palma, construida usando el método tradicional, similar a las que utilizan los propios locales.
Para poder entender el Amazonas y sus amenazas, la experiencia Amak inicia con la visita al Centro de Rescate Amazónico CREA, un refugio para la fauna amazónica víctima del tráfico ilegal. En el centro se pueden ver diferentes especies de animales como el oso hormiguero, el oso perezoso, manatís de rio, tortugas, guacamayos, etc. Todos ellos rescatados para posteriormente volver a reintroducirlos en su hábitat natural. Esta imprescindible visita nos hace tomar conciencia de los peligros que se ciernen sobre la flora y fauna autóctona. Con nuestra visita contribuimos a la continuidad del proyecto.
No hay mejor manera de descubrir los lugares que a través de sus gentes. Vivir la experiencia de conocer comunidades indígenas de la Amazonía, su historia y la importancia de mantener vivas sus tradiciones es única y auténtica. Nosotros tuvimos la oportunidad de conocer al pueblo Yagua, uno de los más representativos del Amazonas y aprender de primera mano su forma de vestir, el idioma, las técnicas ancestrales de caza y las danzas y cánticos que utilizan en sus ceremonias.
Acompañados por el vuelo de las garzas nos sorprende el maravilloso amanecer que nos regala el Río Amazonas. El madrugón (4.00am) merecerá la pena, la amalgama de tonos rojizos y anaranjados te dejará sin aliento. Igual pasará con los anocheceres que cada día te regalan estos parajes. No te olvides de mirar en dirección al Sol cuando éste se esté poniendo, da igual el día, siempre tendrás un precioso anochecer.
El curioso canto de la oropéndola nos ameniza las caminatas por los frondosos senderos de la jungla, mientras los guías nos enseñan la importancia de la naturaleza amazónica. Conocer y conectar con árboles centenarios como la ceiba gigante, te invita a reflexionar sobre la importancia de estos ecosistemas y la necesidad de protegerlos. La tala de árboles que ha sufrido durante años esta región del planeta o la caza furtiva, son acciones contra las que se lucha a diario. A través de la educación de la población local y su lucha por la preservación, es posible un cambio de paradigma.
No solo las aves serán nuestras aliadas, navegar el río Amazonas te da la oportunidad de conocer los animales más representativos de la zona en su hábitat natural gracias al buen hacer de nuestros guías. Existe en el Amazonas una especie única de delfines de rio que actualmente se encuentran en peligro de extinción. Los delfines amazónicos son grises al nacer y van tornando a rosados según van creciendo. Podremos vivir este momento único con la salida del sol cerca de las barcas de los pescadores.
Aquí la tierra es muy fértil, bien lo saben Augusto y Carlos, los guías que nos acompañan. Todos los guías son ribereños, grandes conocedores del lugar. Con ellos realizamos caminatas con bonitas conversaciones y gran aprendizaje para conocer los misterios de la selva. Ver la selva a través de sus ojos y conocimientos es un privilegio. Su mirada nos muestra la gran variedad de plantas medicinales que alberga la selva, la casa de animales que no se ven pero están ahí, los senderos ocultos y las estrellas como guías en la noche.
Según nos adentramos en aguas más oscuras, podremos conocer diferentes especies de peces. Es el momento de la pesca de pirañas, mojaras, sardinas, etc. en el rio negro. Con la pesca y su posterior suelta al rio, vemos cómo son estos peces que infundan tanto miedo y que nos llaman tanto la atención.
La aventura en la que nos hemos embarcado está llegando a su fin, pero antes tenemos que hablar de los grandes moradores de la jungla y poder conocer su historia. Gracias al turismo responsable y concienciado por una labor social, una de las actividades que siempre se lleva a cabo es la visita a la fascinante Isla de los Monos. Un santuario donde viven en libertad monos rescatados del tráfico de animales. Todavía a día de hoy existe un gran problema con la trata de especies animales, donde en particular, los monos bebés son separados de sus madres al nacer con el fin de venderlos, tenerlos como mascotas o utilizar su carne como alimento. La desnutrición es un factor típico que se observa en los bebés tras haber sido separados de la leche materna, por lo que es imprescindible asegurar que ingieran una cantidad de nutrientes y vitaminas que les sirva para superar sus traumas. El fin último de la Isla de los Monos es poder liberarlos en sus hábitats naturales, con procesos muy costosos. Nuestra visita ayuda a financiar el cuidado y mantenimiento de los monos que habitan este lugar.
Por último, no podemos dejar de mencionar la gastronomía del lugar. De la mano de grandes cocineros, podemos probar las sorprendentes delicias que nos ofrece la cocina del Amazonas. Disfrutamos de un menú muy variado preparado con alimentos locales y frescos, desde la gran variedad de frutas de la selva hasta su diversidad en especies de peces, sin olvidarnos de los platos típicos como los juanes. La exquisita cocina fusión preparada en esta ocasión por la cocinera Leo, es todo un acierto que encumbra esta experiencia.
En definitiva, Perú es un país con infinidad de posibilidades turísticas, pero si lo que verdaderamente tu gusta es conocer la identidad de un lugar, explorar con población local, si tu forma de ver los viajes conlleva un impacto social y sostenible y quieres vivir una experiencia única y diferente, este es tu lugar. La desconexión del mundo y reconexión con la vida amazónica es tal que te parecerá haber viajado en el tiempo. Vivir el río Amazonas es una aventura que no te puedes perder.
