martes. 19.03.2024
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El Valle del Río Urubamba, más conocido como el Valle Sagrado, es una de las maravillas del Perú que no puedes dejar de visitar. Históricamente era una de las zonas olvidadas por los viajeros, aunque esto ha cambiado en los últimos lustros. Conocido mayormente por las ciudades incas de Pisac y Ollantaytambo, además de ser una de las vías de entrada principal a Machu Picchu, este valle ofrece al viajero mucho más: desde sitios arqueológicos escondidos, mercados, preciosas salinas, museos y cultura, hasta actividades de aventura tan diversas como el rafting, la escalada, rutas de senderismo…

Una multitud de agencias de viaje ofrecen tours de 1 o más días al valle, realizando paradas rápidas en los sitios de paso obligado, sin embargo hoy os vamos a hablar de la experiencia que tuvimos mucho más profunda e inmersiva en el Valle Sagrado con Amak Valle Sagrado, un emprendimiento enfocado al turismo social y sostenible que tanto nos gusta en Sal&Roca.

Conociendo las profundidades del Valle Sagrado con Amak

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Tuvimos la suerte de poder volver a hospedarnos en un alojamiento de Amak, como ya hicimos en el Amak Iquitos en pleno Amazonas y del que os relatamos nuestra maravillosa experiencia:

En este caso estuvimos en el Amak Valle Sagrado, un hotel enclavado en las profundidades del valle donde las habitaciones se asoman al río sagrado de los incas, el Río Urubamba y sus instalaciones están especialmente pensadas para tener unos días de descanso y desconexión.

El hotel se encuentra cerca de la Comunidad de Urcos en la población de Huycho, lugar estratégico para una inmersión completa con la población local y para poder visitar las paradas obligadas de los principales lugares arqueológicos del Valle Sagrado. 

Dentro de sus instalaciones cuenta con uno de los mejores restaurantes de la región, Tawa Restaurante, así como un Spa para poder relajarte tras las visitas diarias. Cuenta también con varias zonas comunes como la sala principal, donde disponen de té e infusiones además de libros de lectura, un espacio con chimenea, sofás y pufs en la zona de recepción y un espacio exterior compuesto de jardines y zonas verdes para disfrutar de las maravillosas vistas al río y a la montaña.

Nuestra experiencia

Comprometidos con un tipo de viaje consciente y responsable, Amak ofrece una alternativa al turismo generalista ya que ofertan experiencias únicas enfocadas al desarrollo de las comunidades locales, con una especial preocupación en la sostenibilidad, calidad y confort de sus huéspedes. Esto es lo que nosotros hemos sentido y vivido cada vez que nos hemos alojado con ellos.

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Nosotros llegamos al hotel tras un día de visita a los sitios más turísticos del Valle y encontramos un lugar muy agradable donde en todo momento cuidaron al detalle que nuestra estancia fuese placentera. Tras acomodarnos en una habitación con balcón y maravillosas vistas al Río, nos esperaba un coctel de bienvenida. Nos decantamos por dos pisco sour, uno tradicional y otro de maracuyá, los cuales estaban riquísimos gracias a las expertas manos de Orlando.

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El resto de los días fluyeron con la especial tranquilidad y armonía del entorno. Aunque no teníamos vehículo propio, el traslado a las actividades que nos propusieron desde Amak fue cómodo y sencillo. Desde recepción te ofrecen la posibilidad de contar con transporte privado y si no, tienes como alternativa los colectivos o minibuses que conectan todos los pueblos de la región de una manera muy eficiente y barata.

Las actividades que comentamos más adelante fueron toda una experiencia inmersiva con la población local donde pudimos conocer de primera mano qué iniciativas llevan a cabo en la región, por un lado para generar actividad económica, pero quizá más importante, para ayudar a empoderar y ayudar a las comunidades locales, mayoritariamente indígenas, a poder afrontar el presente y el futuro con más seguridad, dignidad y confianza.

Tawa Restaurante

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En Tawa Restaurante pudimos degustar los platos típicos del Perú con un toque diferencial. El restaurante sirve platos de cocina fusión donde combina clásicos de cocina peruana con elementos de otras gastronomías. Probamos la mayoría de la carta acompañada de la cerveza artesanal local que elaboran en el mismo pueblo. Cada plato está elaborado con esmero y cariño, desde los entrantes como el tiradito de trucha o la crema de olluco orgánico del Valle hasta los principales como los ravioles de hongos, el espectacular cerdo crocante con puré de camote o el clásico lomo saltado. Las presentaciones son impecables y la causa criolla, la mejor que hemos probado en todo el Perú. Tanto si estáis alojados en Amak como si estáis de paso, sin duda es una de las mejores opciones de la zona para comer.

Armonía Spa

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Tuvimos la posibilidad de acudir al centro de masajes sin salir de las instalaciones de Amak. Este espacio destinado al descanso y tranquilidad cuenta con varias salas para masaje, tanto individual como en pareja. Después de varios días visitando el Valle Sagrado estábamos agotados y tomamos el masaje Dulces Sueños en pareja ¡Qué acierto! Un masaje por todo el cuerpo con aceite esencial de manzanilla para ayudar a relajar toda nuestra musculatura. Las prodigiosas manos del personal de Armonía nos dejaron como nuevos.

Experiencias únicas

Museo Inkary

Una de las actividades que realizamos durante nuestra estancia en Amak fue la visita al sorprendente Museo Inkary.  Gracias al tesón y disciplina de la Familia Mérida podemos viajar por la historia peruana prehispánica más allá de los Incas. 

A pesar de haber visitado Perú al completo, notábamos que no conocíamos gran parte de su historia más allá de los Incas. La visita al museo nos hizo vivir una experiencia inmersiva en la diversidad histórica del país a través de las culturas Caral, Chavín, Paracas, Moche, Nasca, Wari, Lambayeque, Chimú e Inca.

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Este proyecto llevado a cabo por artistas, es uno de los imprescindibles si visitas el Valle. Es un lugar que sorprende a todo el que lo visita.

Ecohuella

 

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Desde Amak nos desplazamos a la pequeña comunidad de Calca, donde se sitúa la chacra demostrativa orgánica Ecohuella y pudimos conocer de primera mano cómo los agricultores están utilizando métodos biointensivos para mejorar sus medios de vida y promover una relación más fuerte con la Pachamama o Madre Tierra.

La experiencia en EcoHuella es única y muy bonita. Nina lleva años gestionando esta granja agroecológica, aprendiendo y enseñando el cultivo de la tierra. Este proyecto va más allá del turismo ecosostenible, desde Ecohuella hacen un esfuerzo enorme para mejorar la calidad de vida de sus conciudadanos a través del conocimiento colectivo, la seguridad alimentaria y la lucha contra la desnutrición.

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En nuestro paso por el huerto ecológico pudimos aprender el uso y fabricación de fertilizantes biológicos, elaboración del huerto circular y conocer la red de semilleros de agricultores de la zona.

Sara. Asociación de Jóvenes Imperio Urco

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Enclavado en la ladera de la montaña se encuentra la Asociación de Jóvenes Imperio Urco dedicada a la producción y comercialización de artesanías, como joyas en plata de ley 950 con incrustaciones de maíz y frijoles, entre otras. Esta asociación nació con el fin de potenciar y empoderar a los jóvenes de la comunidad, ya que la asociación les brinda la oportunidad de aprender un oficio mientras siguen estudiando en la escuela.

Esta actividad es sin duda una experiencia que nos acerca a la actividad diaria de la vida en las comunidades rurales del Valle Sagrado. A nosotros nos encantó conocer un lugar tan poco turístico y tan interesante. Aprendimos a trabajar la plata tal y como lo hacen ellos. Elaboramos unas alianzas con nuestras propias manos, un precioso recuerdo que siempre llevaremos con nosotros.

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El taller es también un pequeño museo dedicado al maíz, dónde se alberga además una variedad de frijoles y otras semillas andinas, con las que incursionan en el diseño de sus piezas.

Cada experiencia vivida con Amak nos ha acercado más al turismo con el que nos identificamos y el cual ponemos en valor. Un tipo de turismo social y responsable, preocupado por la sostenibilidad y el desarrollo de las sociedades y el medio en el que trabajan.

Especial agradecimiento a Karla Lau de Amak por su paciencia y dedicación, así como todos los que nos hicieron sentir como en casa en nuestras estancias en Amak en Perú. ¡Volveremos!