martes. 19.03.2024
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Fotografía del flickr de J. CC BY-NC 2.0

Desde hace varios años, es bien conocido el problema de sobrepoblación de cabra montés que presentan los territorios que conforman el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. En la actualidad, este ungulado presenta densidades tan desproporcionadas que repercuten negativamente no solo sobre la supervivencia de la propia especie, sino también en la conservación de los valores naturales de este espacio protegido, ocasionando numerosos efectos adversos como son, entre otros, la erosión del suelo y los efectos negativos en la vegetación.

Gracias a los trabajos de seguimiento continuo, realizados año tras año, por el personal del Centro de Investigación, Seguimiento y Evaluación del Parque Nacional, así como los datos (medidas biométricas, estado sanitario, etc.) obtenidos durante las campañas de captura en vivo que se realizan, se conoce, en líneas generales, cual es el estado real de las monteses del Parque.

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Captura de pantalla de la aplicación realizada para el seguimiento de cabra montés en Cybertracker

Lo primero es saber cuántas cabras hay. El número de efectivos de esta especie sigue creciendo, superando en la actualidad los 6.000 ejemplares con una distribución desigual por todo el territorio que conforma el Parque Nacional, observándose aglomeración de gran número de estos animales en determinadas zonas de la vertiente madrileña. En los últimos años, se han producido, de forma progresiva, cambios en las querencias o costumbres de las cabras, las cuales abandonan determinadas zonas que, a pesar de haber sido antaño muy querenciosas, no pueden satisfacer las necesidades de alimentación requeridas por estos animales al encontrarse demasiado deterioradas y erosionadas por el uso intensivo realizado por esta especie en años anteriores.

Una vez conocido el número de animales, es imprescindible saber cuál es el estado general de la población de cabra montés que, actualmente, se encuentra totalmente desestructurada con: una reducción en la proporción de ejemplares jóvenes, la cual ha pasado de casi el 60% en el primer censo realizado durante el año 2000 al 45,7 % actual; un porcentaje de hembras mayor respecto al de machos (sex-ratio de 1,4 hembras por macho) y una reducción drástica del número de machos de edades avanzadas con la escasez e incluso desaparición de los ejemplares mayores de 9 años de edad. A pesar de lo hablado, las monteses, como tónica general, presentan un buen estado sanitario que no excluye del riesgo evidente de aparición de epizootias y/o zoonosis en el futuro por debilitamiento o empobrecimiento del estado físico general.

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Rebaño de machos monteses donde ninguno supera la edad de 9 años. Autor: Santiago Martín

Esta perdida en el bienestar animal se plasma tanto en la reducción del tamaño corporal y de los cuernos como en el aumento de avistamiento de ejemplares con cuernos rotos o malformaciones morfológicas y la localización de cadáveres por parte del personal de campo mientras se realizan labores de seguimiento.

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Hembra jóven de cabra montés con el cuerno deforme. Autor: Sergio Rubio

Otro problema que se ha podido observar, no menos preocupante que los anteriores, es la pérdida del instinto de huida de algunos de estos ungulados frente a la presencia humana y la invasión de zonas urbanas. Algunos de estos animales buscan alimentos en las manos de los visitantes del Parque e incluso, en períodos de carestía, no dudan en invadir jardines saltando los vallados y muros de las viviendas colindantes con este espacio protegido para alimentarse de las plantas ornamentales que hay en su interior.

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Rebaño de cabras monteses comiendo en el interior de jardín. Autor: Santiago Martín

Para intentar atajar este problema, desde la Comunidad de Madrid, a través de la unidad administrativa del Parque Nacional, teniendo en cuenta la grave situación actual y su incidencia negativa sobre ciertos valores naturales, se ha procedido a la redacción de un nuevo Plan de gestión para la regulación este ungulado que tiene como base el estado de conocimiento de estudios técnicos y de investigación resultado del seguimiento de las poblaciones durante las últimas dos décadas y que, dada la relevancia social del tema, ha sido sometido a trámite de información pública y se encuentra pendiente de aprobación.

Artículo escrito por Santiago Martín, publicado originalmente en la web del Parque Nacional de Guadarrama protegido por una licencia CC BY-NC-SA 4.0.


 

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