Estos consejos están pensados para aquéllas actividades con peques medianamente autosuficientes. Bebés y criaturas muy pequeñas deberán portearse y por ello tienen sus «consejos especiales».
Pero desde el momento en que ya caminan por su cuenta y tienen cierta soltura en terreno cómodo, pueden empezar en el senderismo. Eso sí: las actividades tienen que diseñarse pensando en ellas y ellos. A partir de los tres años puede ser un buen momento, aunque esa edad no es una norma. Con tres años investigar el mundo es una necesidad, y en la naturaleza los estímulos son casi infinitos.
Planifica la actividad: empieza la aventura
- Escoge la actividad teniendo en cuenta la edad, experiencia en caminar y motivación de los y las menores con los que vas.
- Recuerda que para ellos y ellas la excursión es el mismo camino, no el destino.
- Haz tus cálculos de distancias, desniveles y horarios habituales. Añade un amplio margen de tiempo para paradas y descansos extras
- Intenta escoger rutas interesantes para los y las peques: agua, bosques, leyendas, animales…no fallan.
- Prepara un plan alternativo, o contempla la posibilidad de quedarte a mitad de camino sin que ello suponga un problema para ti.
- Asegúrate de salir con una buena previsión meteorológica. Las y los peques son más vulnerables que las personas adultas a las condiciones extremas (tanto de frío como de calor). No les hagas pasar un mal rato, es importante que disfruten y quieran volver.
- Deja dicho dónde vas y cuando tienes previsto regresar. Asegúrate de que alguien esté pendiente de vuestro regreso.
- Implica a las criaturas en todo lo que puedas. A partir de cierta edad son perfectamente capaces de comprender el proceso de planificación: consultando con ellos y ellas la meteo, mirando en el mapa la ruta que vais a hacer, preguntándoles por las ganas que tiene… Si queremos que además de caminar hoy, el día de mañana caminen por su cuenta, es necesario que desde ahora mismo aprendan a preparar una excursión de manera segura.
Equipa las mochilas
- ¡Al monte todo el grupo con mochila! enséñales que cada persona debe llevar su material, y si son muy peques no dudes en descargarles parte del peso, pero no tanto como para que vayan sin nada.
- Vístete y viste a las criaturas adecuadamente: ropa de abrigo, calzado de montaña, cortavientos, gorra y protección solar no pueden faltar. ¡No olvides que crecen muy rápido! asegúrate de que las botas y la ropa son de su talla.
- Si vais a la media montaña ten previsto un extra de ropa, incluso gorro y guantes. Las y los peques son más vulnerables a las temperaturas extremas, y el frío es muy desmoralizador.
- Como siempre, añade mapa, brújula, GPS si lo tienes y botiquín a tu mochila. Puedes delegar en ellos y ellas la responsabilidad de llevar parte de este material (por ejemplo, el mapa, que pesa poco), así conseguirás que se impliquen más y se dejen llevar menos…
- Teléfono móvil con la batería cargada y cargador adicional no puede faltar. Si es posible, averigua antes si en la zona habrá cobertura o cuáles son los lugares más cercanos por si hubiese que dar un aviso al 112.
- Añade agua y comida, como siempre, pero valora que ésta sea «reponedora» (y «motivante») y que la podáis comer cada poco tiempo. No confíes en las fuentes: ni en encontrarlas donde dicen los mapas, ni en que su agua sea de buena calidad.
- Prepara la mochila y la ropa el día anterior, así por la mañana tendrás menos cosas en las que pensar.
- Que no te «pese» llenar un poco más tu mochila: cuadernos para guardar hojas, lupas y cazamariposas, prismáticos, guías de interpretación de la naturaleza…La montaña es un laboratorio a cielo abierto, deja que las criaturas investiguen y dales herramientas para que disfruten haciéndolo.
Actúa con prudencia: jugando se educa en seguridad
- Madruga: enseñarás con ello que a la montaña hay que ir pronto. Caminarás con menos calor y te darás un tiempo de maniobra extra si surge un imprevisto.
- Asegúrate cada poco tiempo de que van bien y disfrutando. Si el ánimo decae busca la manera de recuperarlo
- No dividas al grupo aunque una parte del mismo no quiera seguir. Así aprenderán que si tienen un mal día y no tienen ganas de caminar (¡eso nos pasa a todos!) eso no supone un problema. Lo importante es disfrutar a la vez.
- Permanece atento a los cambios meteorológicos y extrema la prudencia. Los peques son más vulnerables a las condiciones meteorológicas extremas.
- No pierdas los nervios si no cumples el plan inicial: la vida es así, ¡ya sabes que si haces planes, las criaturas te los deshacen!
- Haz las paradas que sean necesarias y por el motivo que sea (una rama, una piedra, una hormiga…). Deja que encuentren sus propias motivaciones (¡y hazte a la idea de que no serán las mismas que las tuyas!).
- Toma las decisiones contando con su opinión y participación: así les estarás enseñando a razonar y entender el por qué de las decisiones que se toman en grupo, que siempre son para el bien y la seguridad del grupo.
- Intenta, dentro de lo que puedas, que lleven parte de la iniciativa del grupo: que guíe al grupo, que mire el mapa, que decida por dónde ir o dónde parar…que juegue a ser montañero/a.
- Asegúrate de que el grupo lleva una buena proporción de personas adultas/menores. Las criaturas reclamarán tu atención con sus descubrimientos e inquietudes, así que asegúrate de que vas a poder atenderles bien.
Si queremos excursionistas seguros/as mañana los tendremos que empezar a educar hoy. ¡No dejes pasar ninguna oportunidad para hacerles disfrutar de la montaña de manera segura y aprendiendo!
Montaña Segura es una campaña de prevención de accidentes en el medio natural fruto de un convenio de colaboración entre Gobierno de Aragón, Aramón y la Federación Aragonesa de Montañismo
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