miércoles. 09.10.2024

Un equipo científico ha encontrado una costra mineral con concentraciones de telurio 50.000 veces superior a la media.Los efectos que provocaría la actividad minera marina serían significativos en el hábitat de los lechos marinos. Diferentes campañas con buques españoles ya habían mostrado que existían estos recursos minerales de alto interés industrial

España presentó en el año 2014 una reclamación para extender las aguas territoriales en el Atlántico desde 200 hasta 350 millas, según la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS). En esa zona se ha descubierto una gran riqueza en varios minerales esenciales para los productos de alta tecnología.

Estos nuevos depósitos minerales pueden ser una fuente de recursos, pero también representan la posibilidad de seguir sobreexplotando los océanos, que están ya en una situación muy delicada.

Se han descubrimiento de grandes depósitos de telurio en el monte submarino denominado Tropic

Un equipo liderado por el Centro Oceanográfico Nacional del Reino Unido (NOC), y en el que también han colaborado el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), el Servicio Geológico del Reino Unido, la Universidad de Southampton y la Universidad de Sao Paulo (Brasil), ha anunciado el descubrimiento de grandes depósitos de telurio en el monte submarino denominado Tropic. Han hecho uso de robots submarinos y han encontrado una costra mineral con concentraciones 50.000 veces superior a la media de este elemento químico, que es esencial para determinadas industrias, incluyendo la producción de placas solares. El Dr. Bram Murton, investigador principal y que pertenece al NOC, estima que hay más de 2600 toneladas de teluro, lo que representaría casi el 10% de las reservas mundiales de este estratégico mineral.

El monte submarino Tropic, de unos 1000 km2, tiene una altura de 3000 metros sobre el lecho oceánico, aunque su punto más alto se encuentra a unos 1000 metros por debajo de la superficie del Atlántico. Se formó hace unos 120 millones de años junto a otros montes (Drago, Echo, The Paps y Bimbache), denominados genéricamente las “abuelas de Canarias”, ya que aparecieron por los mismos procesos volcánicos que originaron el archipiélago hace unos 30 millones de años.

El descubrimiento, abarcado dentro de una iniciativa denominada MarineE-Tech ha incluido un estudio de los posibles efectos que la minería marina podría causar. Su conclusión es que la mayor parte del ecosistema se habría recuperado al cabo de un año y que después de diez los efectos serían mínimos. Estos resultados, sin embargo, difieren de un estudio propiciado por Naciones Unidas y que se ha ejecutado en los fondos oceánicos cerca de Hawái para verificar el efecto de la minería de los nódulos. El equipo del Prof. Andy Gooday ha constatado que los efectos serían significativos en el hábitat de los lechos marinos, que son esenciales en toda la cadena alimenticia de los seres que habitan los mares.

Los montes submarinos que caen dentro de la reclamación territorial española. Tropic, en primer plano y en donde se ha encontrado el macro-depósito de telurio, es la más alejada de las Islas Canarias. 

Las reclamaciones territoriales españolas en el océano Atlántico

España, al amparo de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, presentó en el año 2014 una reclamación que cubre unos 296,000 km2 a la Comisión de Limites de la Plataforma Continental para extender su jurisdicción en una sección del océano Atlántico localizada entre 200 y 350 millas marinas al oeste de las Islas Canarias. Diferentes campañas con los buques oceanográficos españoles ya habían mostrado que existían estos recursos minerales de alto interés industrial.

España presentó una reclamación para extender su jurisdicción en una sección del océano Atlántico localizada entre 200 y 350 millas marinas al oeste de las Canarias

Los estudios realizados por el Instituto Geológico y Minero (IGME), el Instituto Español de Oceanografía (IEO), el Instituto Hidrográfico de la Marina y la Universidad Complutense de Madrid (UCM), ya habían detectado importantes cantidades de depósitos de ferromanganeso, que suelen contener metales esenciales para las industrias de alta tecnología, tales como cobalto, teluro y las denominadas tierras raras.

Esta no es la única reclamación presentada por los distintos Gobiernos españoles. En el año 2006 se presentó una solicitud coordinada con Francia, Irlanda y el Reino Unido en aguas del Cantábrico.Dos años después se formuló otra que afecta a las aguas al oeste de Galicia.

La carrera del Ártico y los peligros ambientales

Numerosos países han enviado sus reclamaciones a la Comisión de Limites de la Plataforma Continental. Una de las más significativas es la competición por las aguas del Ártico, que ocultan una cantidad ingente de recursos naturales de difícil acceso debido a la complicada climatología.

Noruega, Canadá, Estados Unidos, Dinamarca y Rusia se están posicionando para extender sus aguas territoriales. En el caso de estos dos últimos países, conseguir la soberanía de la dorsal de Lomonósov, en donde se localiza el Polo Norte geográfico. El cambio climático está provocando, junto a numerosos efectos nefastos, la reducción de parte del casquete de hielo, que estos recursos puedan ser extraídos y que se pudiera circular por este mar, lo que acortaría las rutas comerciales.

Sea como fuere, la explotación de los fondos marinos implica riesgos ambientales significativos que se vienen a sumar a los ya existentes, dado que su utilización añadiría otro factor de estrés a los que ya sufren los mares y que incluyen el exceso de pesca, la contaminación por metales pesado y numerosos vertidos entre los que destacan los plásticos y sus nocivos efectos. Se trata por tanto de conseguir un equilibrio sostenible entre las necesidades de la industria y el mantenimiento a unos niveles adecuados de los distintos ecosistemas.

Artículo publicado en bez.es y reproducido bajo licencia Creative Commons 4.0