“¿Quiere usted bolsa?” Hace ya mucho tiempo que los grandes supermercados cobran por las bolsas de plástico en caja. Pero, desde hace bien poco, no sólo pasa en los supermercados, sino en muchas tiendas. En la mayoría nos dicen el total es…y 5 céntimos más por la bolsa.. ¿y esto? Pues porque el 1 de julio entró en vigor el Real Decreto de bolsas. Y comienza el caos… ¿Por qué en unos sitios sí la cobran y en otros no? ¿Cuál es la diferencia? Además, entre todo este lío de bolsas, ¿cuáles son las buenas para el medio ambiente? ¡Hagamos una repaso por todas ellas y averigüémoslo!
Plástico – Muy ligeras –
Son las que encontramos en supermercados en la sección de fruta y verdura, pescadería, carnicería, o para la venta a granel. Estas tienen menos de 15 micras de grosor. No se cobran pero se prohibirán a partir de 2021. Son de un solo uso y dañan el medio ambiente.
Plástico – Ligeras –
Son las típicas de la compra y que encontramos frecuentemente en cualquier supermercado, farmacia, panadería, ferretería u otros. Estas bolsas tienen entre 15 y 50 micras de grosor y a partir del 1 de julio de 2018 se hizo obligatorio su cobro en cualquier tipo de establecimiento. También se prohibirán a partir de 2021. Son de un solo uso y dañan el medio ambiente.
Plástico – Gruesas –
Tienen más de 50 micras de grosor y a menudo se usan en tiendas de ropa y otros establecimientos. Estas bolsas no se cobran porque no se contemplan en el Real Decreto aunque a partir de 2020 deben tener al menos un 50% de plástico reciclado, siguen siendo de un solo uso y dañan el medio ambiente.
Plástico – Oxodegradables o Fragmentables –
Nunca vas a saber si la bolsa que te dan o te cobran es de este tipo, porque son ligeras o gruesas y no tienen un sello distintivo. La diferencia es que llevan incorporados aditivos oxidantes que aceleran su fragmentación una vez están en un vertedero o en el medio ambiente. Su mayor peligro es que se fragmentan en microplásticos muy fácilmente y por ello se prohibirán a partir de 2020.
Plástico – Biodegradables –
Están compuestas por material vegetal, pero la mayoría siguen conteniendo plástico en grandes cantidades. Estas bolsas pueden ser ligeras o muy ligeras y deben cumplir ciertos requisitos para considerarse biodegradables. Son una falsa solución, ya que no se degradan, porque en el medio marino no se dan las condiciones para que esto pase. A pesar de esto, nos quieren convencer que son las sustitutas a las bolsas de plástico. Se cobrarán, y seguiremos viendo los océanos contaminados por plásticos.
Plástico – Compostables –
Estas bolsas pueden ser ligeras o muy ligeras y deben llevar el sello de OK compost. Las bolsas compostables pueden seguir llevando plástico y solo se degradan en condiciones de altas temperaturas (hasta 70ºC) y aireación. Al no degradarse en el medio ambiente ya que esas condiciones no se dan en la naturaleza tienen que ir a plantas de tratamiento específicas. También se cobrarán aunque a un precio inferior que las bolsas de plástico estándar. El Real Decreto fomenta su uso pero seguirán dañando el medio ambiente.
Papel
Presentan menos problemas en el medio ambiente y se degradan con mayor facilidad. Sin embargo, no dejan de ser bolsas de un solo uso. El consumo excesivo de cualquier recurso, también el papel, es un problema para el planeta. Estas bolsas se cobran o no dependiendo del establecimiento.
¡Reutilizables!
Ahora sí, ¡por fin hemos llegado a la solución para las bolsas de plástico y para frenar de forma definitiva el impacto que estas generan! Las bolsas reutilizables, que pueden ser de tela o de otros materiales, nos permiten utilizarlas durante muchos años, reduciendo nuestra generación de residuos.
El uso de bolsas reutilizable hace que como mínimo nos ahorremos 144 bolsas de plástico de un solo uso que hubiésemos consumido por persona cada año. El uso de bolsas reutilizables es realmente la única forma de ir a la raíz del problema, alejarnos de la cultura de usar y tirar, y hacer que nuestro día a día sea mucho más sostenible.
Este lío de bolsas debe acabar y por eso Greenpeace reivindica la insuficiencia del Real Decreto, demandando que se fomenten exclusivamente las bolsas reutilizables. Todas las bolsas de un solo uso pueden llegar a nuestros mares y océanos cuando se desechan, incluso las biodegradables o compostables.
Su impacto puede ser evidente, por ejemplo si aparecen en el estómago de una ballena o una tortuga las confunde con alimento; pero también puede ser menos aparente cuando se fragmentan en microplásticos, invisibles al ojo humano, que se han encontrado ya hasta en la sal de mesa. Para evitar los graves daños que las bolsas de un solo uso generan en nuestros mares y que pueden afectar a nuestra propia salud, debemos pasarnos a las bolsas reutilizables y a partir de ahora, usar siempre nuestra propia bolsa #YoUsoMiBolsa.
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