Soy licenciado en ciencias ambientales. Tengo un master en ecología y un doctorado en medio ambiente con estancias en varias de las mejores universidades del mundo. He publicado artículos científicos y divulgativos, y he podido discutir con varias de las mejores mentes del planeta en temas de sostenibilidad. Al igual que yo, miles de investigadores relacionados con el cambio climático tratan de conocer mejor las causas, consecuencias y soluciones a uno de los mayores retos al que nos enfrentamos. Sin embargo, a veces me pregunto si todo eso es lo que realmente necesita nuestra sociedad ante los crecientes impactos del cambio climático.
Me pregunto en qué ha fallado nuestra generación para que tenga que ser un grupo de adolescentes, inspirados por la activista Greta Thunberg, los que nos recuerden que apenas nos queda tiempo para actuar frente al cambio climático. Me avergüenza que los más jóvenes tengan que frenar su educación para recordarnos a los adultos que estamos esquilmando el planeta. Y me asusta que no se genere la suficiente atención sobre un tema crítico hasta que se encuentra una buena rima “Fridays for future” o a un grupo inocente y vulnerable (“jóvenes que deberían estar en la escuela”) llamando la atención a los adultos sobre cómo deberíamos comportarnos.
Muchas veces me pregunto si lo que seguimos necesitando es más conocimiento cuando vivimos una continua crisis de valores. Cuando la falta de empatía por el medio natural y los que sufren las consecuencias de su degradación es una de las principales causas de nuestra inacción. Cuando, para quienes amamos la montaña, no tenemos más que salir a nuestro campo de juego para entender que en pocas décadas la montaña dejará de ser lo que era (el 90% de los glaciares de los alpes podrían desaparecer de aquí al año 2100). Y cuando, ante todo eso, seguimos de brazos cruzados. Muchas veces me pregunto y no encuentro la respuesta. Quizá porque la respuesta a porqué no estamos actuando, no está en los títulos universitarios, ni en la ciencia ni en los libros, sino dentro de nosotros mismos. En el fondo de la parte sumergida del iceberg de nuestro subconsciente. Que el cambio climático va derritiendo, al hacernos testigos de esos impactos, pero no lo suficientemente rápido.
Ignacio Palomo es Investigador Post-doctoral en el Centro Vasco para el Cambio Climático (BC3) e investigador asociado del Laboratorio de Socio-ecosistemas de la Universidad Autónoma de Madrid. Puedes seguirle en su magnífico blog Luces de Montaña.
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