viernes. 19.04.2024

Cumbres como Alpe d’Huez, el Tourmalet, el Galibier, Mont Ventoux y otras subidas que han sido santo y seña de la carrera ciclista más laureada de todos los tiempos.

El ciclismo no se entiende sin montaña, sin ascensiones a algunos de los picos principales de sistemas como los Alpes o los Pirineos, en donde desde el Tour de Francia se la ha puesto nombre a algunas de esas subidas ya mundialmente famosas.

Siendo la carrera más importante en bicicleta, la ronda gala ha dado a conocer algunos de estos puertos montañosos gracias a gestas deportivas impresionantes a lo largo de sus 117 años de historia, lo que a su vez ha ayudado a que veamos otra forma de cómo el ser humano puede disfrutar del entorno natural de la montaña y sus múltiples componentes.

Un gran ejemplo de ello es el mítico Tourmalet, un símbolo del Tour situado en los Pirineos franceses y con una altitud de 2115 metros. En invierno su puerto permanece cerrado, dando paso a la estación de esquí La Mongie. Se subió por primera vez en el 1910 y desde entonces ha sido el que más veces se ha repetido, destacando por una dureza física tremenda que lleva a sus corredores al límite.

Dureza por altitud, distancia o condiciones

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Aunque, muy por encima de su altitud nos encontramos con Bonette Restefond, el puerto considerado el más alto de Europa, al sureste de los Alpes. De hecho, cuando el recorrido pasa por este simbólico puerto, suelen ser los especialistas que mejor se adaptan a subir y bajar montañas en poco tiempo los que más triunfan y mejores sensaciones tienen al llegar a sus 2700 metros de altura.

Por otro tipo de condicionantes, el Mont Ventoux es considerado también uno de los más duros. Las fuertes rachas de viento que soplan en su cima ha hecho que se haya tenido que acortar en diversas ocasiones, por lo que siempre es conveniente conocer la meteorología de la zona previamente para los días en que se sube.

Tampoco se pueden dejar en el tintero Alpe d’Huez, una subida que acostumbra a estar en todas las ediciones desde 1976 y que pese a sus “escasos” 1850 metros de altitud, suele decidir la carrera. También hay que destacar el Galibier, la segunda ascensión más repetida de la historia del Tour tras el Tourmalet.

Ningún clásico para el 2020

Sin embargo, en este 2020 la organización de la carrera no ha querido pisar ninguno de estos míticos puertos y centrará su tiro en descubrimientos de otras subidas duras y desconocidas como podría ser la de Méribel Col de la Loze, con final a 2304 metros, o el Grand Colombier y los 17,4 kilómetros de ascensión a una media de 7,1 %.

Algo importante para estos dos puertos será que, al contrario de lo que suele ser habitual en el Tour, el hecho de correrse entre septiembre y octubre permitirá que haya menos calor que si se hiciera en pleno julio y por lo tanto, que no se note tanto la elevada temperatura que ha habido en la última década en parte por culpa del aceleramiento del cambio climático en el que vivimos y las pocas medidas tomadas al respecto.

Esos días estarán marcados en rojo para aquellos ciclistas que pretendan imponerse en un Tour en el que Egan Bernal partirá como la referencia. El año pasado el colombiano fue el vencedor gracias a ascensiones prodigiosas en la montaña, por lo que en este 2020 vuelve a ser considerado uno de los candidatos en las apuestas de ciclismo, pagándose a 3,25 si logra la victoria final en el Tour de Francia, cuota que ha sido revisada el 12 de agosto de 2020. Eso sí, tendrá grandes complicaciones que superar por el camino ante equipos muy potentes como un Jumbo-Visma que va con grandes efectivos a Francia.

La buena noticia para los amantes de las etapas de montaña, es que en esta 107ª edición los contrarrelojistas apenas dispondrán de una bala para intentar sacar tiempo a los escaladores, y todo ello en una contrarreloj toda entera de subida, lo que les complica aún más la labor, como se puede comprobar en el análisis realizado por los expertos de RTVE.

Por todo esto, habrá que comprobar cómo funcionan para el espectáculo algunas de estas nuevas subidas y esperar al menos al 2021 para volver a disfrutar de los puertos más míticos del Tour de Francia como podrían ser el Tourmalet, el Galibier, Alpe d’Huez o el Mont Ventoux.