Ya hemos hablado anteriormente de los muchos beneficios de salir a la montaña, hacer camping y en definitiva desconectar del frenético ritmo de la ciudad. Pasar tiempo en la montaña no sólo disminuye la presión arterial y las hormonas del estrés. Ahora un estudio liderado por Kenneth Wright, investigador de la Universidad de Colorado Boulder, y publicado en el diario Current Biology, afirma que puede ayudar al sueño al reajustar el ciclo natural del sueño.
Todo comenzó en el verano de 2013, cuando Wright envió una semana de camping a un grupo de individuos. El estudio pretendía entender cómo cambiaba su reloj interno al estar alejados de artilugios electrónicos y estar rodeados sólo de naturaleza. Para ello se midieron niveles de melatonina en sangre, hormona que avisa al cuerpo para prepararse a dormir. Los resultados arrojaron evidencia sobre un retraso de dos horas en el ciclo interno de los individuos en un entorno cosmopolita. El estudio hace referencia a la asociación de los trastornos del ciclo del sueño con problemas de salud como el insomnio o riesgo de sobrepeso, y arroja cierto positivismo ante la prevención de los mismos, ya que tras una semana en la naturaleza, los relojes internos de los individuos del estudio se reajustaron.
En un segundo estudio más reciente, Wright pretende averiguar el tiempo que tarda el cuerpo humano en reajustar su ciclo interno, y si el contacto con la naturaleza ayuda a ello tanto en verano como en invierno. En esta ocasión se estudiaron niveles de melatonina de cinco personas y la exposición diaria a la luz natural; medidas que se realizaron tanto por la mañana al despertar, como por la noche al ir a dormir, con la única diferencia de realizarse en invierno en vez de en verano.
A raíz de este segundo estudio, Wright concluye que el reloj interno se retrasaba dos horas y 36 minutos en comparación con cuando los individuos se encontraban en la naturaleza y expuestos sólo a la luz natural. Se encontraron además niveles superiores de melatonina en sangre, aunque todavía no se sabe muy bien por qué: “No sabemos lo que esto significa – explica Wright- pero sabemos que algunas personas son sensibles a cambios estacionales, sufriendo depresión en invierno o ganando peso entre otras consecuencias”.
En una segunda parte del mismo estudio, Wright quiso ver qué pasaba si algunos individuos en estudio iban de acampada durante sólo el fin de semana, mientras que el resto se quedaban en casa. La mayoría de los individuos que se quedaron en casa fueron a dormir más tarde de lo normal, y, como consecuencia, sus relojes internos se retrasaron aún más. Sin embargo aquellos que fueron de acampada adelantaron los relojes internos. Esto indica, según Wright, que podemos reajustar el tiempo de sueño rápidamente.
Pero, ¿existen otros modos de reajustar el ciclo del sueño? Wright nos dice que sí. La exposición a la luz natural, la disminución de la exposición a aparatos electrónicos, luz de los smartphones y pantallas durante la tarde, e incluso oscureciendo la luz en casa puede ayudarnos a conciliar mejor el sueño. En cuanto al investigador, predica con el ejemplo y afirma que hace senderismo por las mañanas y, se levanta y va a dormir siempre a la misma hora. De este modo, ¡ya no necesita ni alarma!
Conéctate con Sal&Roca! Síguenos en Facebook, Twitter e Instagram