Mi nombre es Guille Martín, soy un fanático escalador salmantino que, al igual que mucha gente que está leyendo esto, amo el monte, sueño con los árboles, canto en mi interior con los pájaros y mi espíritu de superación me tira a mejorar cada día en lo que hago mediante entrenamiento, diversión y motivación.
Además de subir rocas también las estudio, soy geólogo y cada paseo por el campo, cada salida a escalar o a correr por los caminos se me hace el doble de apasionante.
Mi pasión por la montaña es tan grande que no llena la escalada y la geología solo. También practico el alpinismo y no hay cosa que más me guste que perderme por los valles, praderas, neveros y piornales de Gredos.
Nunca he probado el surf, pero sé que en un futuro lo practicaré ya que, no sé muy bien por qué razón, es un deporte que está muy unido a la escalada aunque aparentemente no se parezcan mucho. Tal vez sea porque en ambos deportes importa superarse a uno mismo cada día que pasa, cuidar el más mínimo detalle para mejorar y superar a largo plazo las propias barreras que antes parecían quimeras.
Las yemas de los dedos abiertas, las lesiones en los tendones, las malas caídas, el miedo a caer en un lugar expuesto… deben de parecerse mucho a las caídas de la tabla, los revolcones con las olas, el tragar agua salada como si fuese una adictiva bebida que no puedes dejar de tomar involuntariamente porque sabes que ese es el precio… el precio de mejorar.
Llevo escalando 5 años, pero solo desde hace algo más de un año y medio he empezado a entrenar duro para conseguir mis ambiciosos objetivos. Animo a todos los amantes de estos dos apasionantes deportes a dar el 100% hasta cuando parezca que debes parar de hacerlo, porque les aseguro que ese esfuerzo siempre tiene su recompensa.
Una vez, tumbados los dos bajo una enorme roca de granito, un amigo me dijo: “Hay que ver cómo es la escalada… estamos los dos aquí tirados debajo de una piedra… y somos felices”.
Un abrazo a cada amante de la Sal y/o de la Roca.