sábado. 27.04.2024
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© Jesús Busto

El mar es un concepto enormemente evocador en Galicia, protagonista de leyendas, relatos y acontecimientos históricos que han conformado nuestra cultura y marcado nuestro devenir y carácter como pueblo. Pero la relación con él casi nunca ha sido fácil. Durante siglos se creyó que el mundo terminaba cerca de nuestras costas. Aquí se encontraba Finis Terrae, el lugar desde donde se extendía el Mare Tenebrosum, inaccesible a los navegantes por sus fuertes vientos y corrientes, y habitado por monstruos y otras bestias. Es significativo que la zona más conocida de nuestro litoral se llame A Costa da Morte, un nombre ganado a pulso por sus bajos, acantilados y rompientes, que han causado el hundimiento de más de novecientos barcos y miles de desaparecidos. Desde el mar llegaron también piratas e invasores que causaron terror y trajeron desgracias en tierra. Los ataques marítimos a las poblaciones costeras eran tan frecuentes que, durante la Edad Media, provocaron la decadencia de las ciudades situadas cerca del litoral y el desplazamiento de sus habitantes hacia terrenos rurales o villas del interior. En los siglos XIX y XX llegó otro tipo de migración. Más de un millón de gallegos se establecieron en América entre 1880 y 1960, empujados por las hambrunas, la guerra y el franquismo. Las imágenes del fotógrafo Manuel Ferrol reflejan los sentimientos de incertidumbre y miedo que acompañaban a aquellas partidas en barco, que convirtieron al mar en sinónimo de despedida y separación.

Con estos antecedentes, es fácil comprender por qué, a principios de la década de 1960, el mar no tenía una cara amable en Galicia. Tal y como cuenta Vicente Irisarri, significaba riesgo y muerte en la pesca, trabajo en los astilleros y en la marina mercante, familias separadas por la emigración… El mar era peligroso, y lo mejor que se podía hacer era mantenerse alejado de él.

Y entonces llegó el surf. Que un grupo de amigos se lanzase al océano a coger olas, se vio al principio como una excentricidad, algo sin mucho sentido ni justificación, una práctica contraria a las costumbres consideradas como correctas en la sociedad de aquel momento, en la que todo lo nuevo o desconocido era sospechoso. Pero la atracción que sintieron por el mar, las olas, la playa… era muy intensa. Los distanciaba de lo convencional y les hablaba de libertad, naturaleza, aventura…, unas ideas que en aquellos años impregnaron la mente de muchos jóvenes, dando lugar a una serie de movimientos sociales y culturales que impulsaron una corriente de cambios que agitaría el mundo, y que en España concluiría con la transición política y la llegada de la democracia.

El camino recorrido por los protagonistas de este libro hizo posible que el surf germinase en Galicia. El descubrimiento de nuevas rompientes, los avances en el proceso de construcción de tablas, o las personas a las que conocieron, forman parte de la lista de hitos alcanzados por un grupo de mujeres y hombres libres y valientes, que se lanzaron tras un deseo sin apenas referencias que los guiasen. Pero no debemos olvidar su legado más importante: tal y como concluye Carlos Bremón, ellos fueron “los primeros en situarse detrás de la barrera infranqueable que hasta entonces representaban las rompientes, y comprender que se podía salir allá fuera, esperarlas y jugar con ellas”.

Descubrieron un mar diferente. Nos regalaron otro mar.

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"Otro mar", el libro que cuenta los orígenes del surf en Galicia, acaba de ser publicado por la editorial Libros del Océano y puedes adquirirlo a través de su web pulsando AQUÍ.

A la versión en papel le acompaña unos extensos contenidos digitales con imágenes, vídeos y textos que por su formato, estilo o dimensión no han tenido cabida en la versión en papel del proyecto. Su valor histórico e interés son el complemento perfecto a las entrevistas, artículos e imágenes que componen el libro y están accesibles para todo el público pulsando AQUÍ.

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SOBRE EL AUTOR

El interés de Jesús Busto por los orígenes del surf en Galicia surgió hace veinticinco años. En 1998, la revista gallega Surfari publicó una serie de entrevistas, realizadas por Gonzalo Cueto, que tenían como protagonistas a los pioneros del surf en Galicia. Aunque las de Gonzalo fueron sólo cuatro entregas, con Félix Cueto, Carlos Bremón, Tito Fariña y Vicente Irisarri como protagonistas, aquellas historias, que hablaban de unas vivencias vinculadas al mar y al surf diferentes a las habituales, le causaron un gran interés. Pero no fue hasta diez años más tarde, en 2009, cuando realmente comenzó a investigar sobre los orígenes del surf en Galicia.

El blog desdelacroa, iniciado en ese mismo año, fue el primer medio de presentación del proyecto. Surgieron también otras iniciativas, como las Golden Wave de Juan Chedas y los Rufo’s Tribute organizados por el club de surf Lobos de Mar, que retroalimentaron la búsqueda. Mientras el libro iba tomando forma, lo documentado fue la base para la creación del primer museo dedicado al surf de nuestro país: el Océano Surf Museo. También alimentó la parte gallega de la película “La primera ola” de Pedro Temburoy, y los contenidos sobre Galica del libro “La historia del surf en España” de Daniel Esparza. Y por último, y ante la necesidad de disponer de un vehículo para publicar todo lo redactado, surgió dentro del Océano Surf Club la editorial Libros del Océano.

Jesús Busto afirma que siempre ha disfrutado escribiendo. Presidente del Océano Surf Club desde el año 2006, representante de la antena local de Surfrider Foundation en Galicia entre los años 2000 y 2010, tras “Libres en el mar” y “El último hombre libre”, “Otro mar” es su última publicación en Libros del Océano.