martes. 19.03.2024
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Esta es la historia de Marco Amoretti y Marcolino de Cambia. Dos italianos que en 1999 decidieron lanzarse a la aventura y cruzar el Atlántico en coche.

Fue Giorgio Amoretti, el padre de Marco quien tuvo la idea original. Allá por 1978 adaptó un ahora mítico Volkswagen Escarabajo para que flotase y se lanzó a la mar. No tuvo éxito puesto que las autoridades españolas lo evitaron. Una idea que quiso retomar 21 años más tarde, pero en este caso el diagnóstico de un cáncer terminal le privó de nuevo.

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Sus 3 hijos y Marcolino, amigo de éstos, recogieron el testigo y un 4 de mayo de 1999, tras sortear a la Guardia Civil, zarparon en 2 vehículos equipados para la ocasión desde las Islas Canarias. Eran un Volkswagen Passat y un Ford Taurus en los que tratarían de sobrevivir los siguientes meses, reforzados con poliestireno para flotar y avituallados de comida, agua, teléfono vía satélite y los enseres básicos para la vida más precaria.

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“El compartimento del conductor y el del pasajero estaban dispuestos como refugio. En la parte superior del automóvil teníamos un bote de goma con una abertura en el medio que nos permitía subir y bajar del mismo”, explicó Marco a la revista en papel National American Journal Enquirer.

Sin embargo, los dos hermanos de Marco no pudieron completar el viaje y a los 10 días de partir tuvieron que volver a casa debido a los continuos mareos que sufrían a bordo. Hecho que no desanimó a los dos amigos, quienes estaban seguros de que podrían cruzar el Océano.

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Un viaje no exento de dificultades. Además de las dificultades intrínsecas de un viaje de tal calado, el 25 de mayo, tras 21 días de travesía perdieron todo contacto vía satélite porque se les averió el teléfono. Retomaron el contacto con tierra firme el 5 de julio, fecha en la cual el padre de Marco ya había fallecido, pero la familia prefirió no notificárselo para que no abandonara el viaje.

"Cuando pudimos llamar a casa, seguí preguntando por mi padre, pero no nos dijeron nada para no bajar la moral. Sería justo antes de llegar a Martinica cuando descubrí que había muerto”, dijo Marco a la revista.

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A pesar del fatal desenlace, el viaje fue un éxito y tras 119 largos días y 4.700 kilómetros, los dos coches llegaron a tierra, más concretamente a la isla francesa de Martinica donde fueron recibidos entre aplausos por decenas de personas que acudieron al encuentro sorprendidas de tal espectáculo, cumpliendo así el sueño de Giorgio, el padre de Marco, de cruzar el Océano Atlántico en automóvil.

Por lo que vemos en su página web, están buscando productores para poder llevar a cabo un documental sobre su hazaña. Con más de 20 horas de video, 300 fotos tomadas durante la travesía y más de 8 horas de grabaciones de audio de llamadas, se puede extraer material para hacer un documental espectacular. Aquí te dejamos con el pequeño tráiler que crearon, deseando que consigan lo necesario para que su pequeño – gran proyecto salga adelante.


 

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