jueves. 28.03.2024
Baza, Wanda Rutkiewicz

"Moriré en la montaña", decía Wanda Rutkiewicz. Y mantuvo su palabra. El 12 de mayo de 1992 moría en el Kangchenjunga, en el Himalaya. Tenía que ser su noveno ochomil. Nadie presenció su muerte, nadie oyó sus últimas palabras, nadie encontró su cuerpo. Su desaparición, como tantos otros sucesos de su vida, a día de hoy sigue siendo un misterio.

Wanda Rutkiewicz (1943-1992), la alpinista polaca más sobresaliente de todos los tiempos, escaló nueve de las cumbres más altas de la Tierra. Fue la primera mujer en el K2 y la primera europea en el Everest. Ya de niña la conocían por su tenacidad, pero tuvo que madurar rápido. Cargó con el peso de un entorno familiar complicado. Aun así, la vida siempre eligió papeles protagonistas para Wanda: estudió electrónica porque le apasionaba la cibernética, fue jugadora profesional de voleibol y gran alpinista. Cuando no se sentía valorada hacía todo lo posible por demostrar que era la mejor, Wanda solía repetir que para ella eso era como gasolina para vivir. Así había sido desde su infancia, demasiado corta, quizá por eso vivió de expedición en expedición, sin ataduras, buscando una eterna libertad.

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El 12 de mayo de 1992 moría en el Kangchenjunga, en el Himalaya. Tenía que ser su noveno ochomil. Nadie presenció su muerte, nadie oyó sus últimas palabras, nadie encontró su cuerpo

Anna Kamiska, con compromiso detectivesco y perspicacia periodística, descubre las facetas desconocidas de Wanda. A partir de documentos, fotografías y recuerdos de sus seres más queridos —que por primera vez han accedido a ser entrevistados— consigue algo más que una biografía: un relato apasionante sobre una mujer excepcional, sobre cómo vencer demonios y debilidades, sobre pasiones que infunden fuerza, sobre los misterios que se llevó consigo a las alturas… Por una parte, una historia de destrucción y dolor, pero a la vez un canto a la fuerza vital y creativa de una mujer adelantada a su tiempo, que no se doblegó ante los cánones que la sociedad había escrito para ella.

Fragmento del libro

En 1989 Wanda se plantea escalar todos los ochomiles, idea que deja escrita en su solicitud al IMM. La primera cima del proyecto que diseña en 1990, la Caravana de los Sueños, que consiste en ascender los catorce ochomiles, será el Kangchenjunga.

«He llamado a mi proyecto Caravana de los Sueños porque estoy intentando materializar algo que solo cabe realizar en sueños —cuenta—. Iré de un valle a otro por distintas cimas, tal como hacían las caravanas de antaño».

Es consciente de que es su última oportunidad si quiere alcanzar todas las cumbres. «No tengo tiempo, ¿sabes cuántos pu... años tengo?», le explica a Andrzej Paczkowski.

En 1989 tiene cuarenta y seis años. En principio planea completar los catorce ochomiles del Himalaya en el año 1991 escalando, en el transcurso de un año, las ocho cimas que aún tiene pendientes.

En la carta que envía a sus patrocinadores a finales de 1900 escribe: «Mi proyecto se divide en ocho grandes partes. Cada una de ellas exige de mucha habilidad, valor y resistencia, cualidades que deberían ser suficientes para todo este embrollo y que, en sí mismas, constituyen el mayor desafío». Subraya también: «Hasta la fecha ninguna mujer se ha enfrentado a este desafío, yo seré la primera».


 

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