viernes. 29.03.2024
willy
Willy con Quique, Vari Caramés, José Andrés y Jose. Al fondo el Seat 850 D Especial con una pegatina de "Kiwi Surf Wagon".

A mediados de los setenta la familia Reynolds llegó a Galicia desde Nueva Zelanda. El padre, ingeniero agrícola, había sido enviado por el gobierno neozelandés a Europa, junto con otros técnicos como él, con el objetivo de asesorar a los agricultores locales en la técnica del cultivo del kiwi, en una mezcla entre misión comercial y cultural de las islas que se encuentran en nuestras antípodas. Su misión debió ser todo un éxito dado el impulso que en Galicia tuvo el cultivo de esta fruta en los setenta, y que se ha mantenido hasta nuestros días, dicen que en buena parte gracias a la similitud de nuestro clima con el de Nueva Zelanda.

Uno de sus hijos, William, trajo a Galicia su tabla de surf, me imagino que con el esperanza de que, en aquel lugar al que viajaba con sus padres, hubiese olas. Seguro que sentió un gran alivio cuando descubrió las olas de el Orzán.

Pronto Willy, al que enseguida se le puso el nombre de Willy "el neozelandés", congenió con los surfistas de A Coruña, entre ellos Jose "Queimarán", que fue el primero en hablarme de él:

"Creo recordar que Willy estuvo en Galicia entre 5 o 6 años. Apareció con una tabla de un metro y setenta centímetros, muchos más pequeña y manejable que las que hasta entonces nosotros utilizábamos. Aquello fue toda una revolución. Nunca habíamos visto una tabla así. Willy tenía además, comparado con nosotros, más nivel, así que de él aprendimos muchas maniobras que de otra manera hubiésemos tardado muchos más tiempo en conocer. 

Sus años en Coruña coincidieron con su época de estudiante. Cuando llegó apenas hablaba castellano, y en lugar de asistir a clases en un instituto de la ciudad, Willy siguió estudiando según el modelo neozelandés, por su cuenta. Cada cierto tiempo venía desde Londres un profesor enviado por la embajada para seguir y certificar sus avances en los estudios, algo que nos llamaba mucho la atención".

Cumplida la misión encomendada a su padre, Willy volvió con su familia a Nueva Zelanda.

El vídeo que acompaña esta entrada fue grabado por Luis en la playa del Matadero, en el Orzán, en 1976. Gracias, a otro Luis, Luis Bericua, por haberlo conservado durante estos años y haberlo puesto a nuestra disposición.


 

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