jueves. 28.03.2024
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El otoño es una estación propicia para el senderismo y las excursiones. A pesar de que los días empiezan a acortarse, la temperatura es todavía agradable y el paisaje se llena de olores y colores distintos. Uno de los lugares donde mejor se puede apreciar ese contraste entre verano y otoño es en la isla de Mallorca. Aunque la capital balear recibe todo el año un flujo constante de visitantes, el turismo masivo desaparece y es posible disfrutar del entorno en un clima más sosegado.

Itinerarios y rutas no faltan, pero conviene analizar las posibilidades de transporte. A pesar de que existen trenes y autobuses de línea que recorren la isla en todas direcciones, la mejor opción para moverse es alquilar un coche en Mallorca o contratar puntualmente un servicio de taxi. La libertad de movimientos es importante y si queremos llegar a todos los rincones es conveniente hacerlo de forma autónoma.

Pero ¿qué podemos visitar en la isla? La ciudad de Palma de Mallorca merece un lugar destacado dentro de las agendas, pero para los amantes de la naturaleza hay propuestas más sugerentes. Hablamos de la Serra de Tramontana y del paisaje litoral, plagado de cuevas subterráneas.

Serra de Tramuntana

La conocida Serra de Tramontana es una de las zonas más preciadas por los montañeros y los aficionados al senderismo. Es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y tiene un origen geológico estrechamente vinculado a la cordillera Bética. De hecho, es una extensión de esta estructura montañosa, que nace en el golfo de Cádiz y llega hasta las Baleares atravesando previamente buena parte de Andalucía.

La Serra de Tramontana es una zona de contrastes con alto valor ecológico. Su parte norte presenta un aspecto escarpado y salvaje producto de la acción de los vientos de las Tramontana. En su vertiente litoral dominan los acantilados, las cuevas subterráneas y unas estructuras rocosas espectaculares. Camino hacia el sur aparecen estrechos valles, con cultivos en terraza y numerosos viñedos. Llegar no es complicado; a través de empresas como Roig.com se puede alquilar un coche y después solo es cuestión de caminar. El paisaje es deslumbrante y compesa el esfuerzo.

Son en total 80 km de sierra con más de 50 picos que superan los 1.000 metros de altura. Para los aficionados a los deportes de montaña, la zona presenta accidentes orográficos muy atractivos. Aquí van un par de ejemplos:

  • Torrente de Mortritx: se ubica en el municipio de Pollença, al norte de la sierra, y su descenso constituye un auténtico desafío, incluso  para los montañeros más experimentados. El descenso deportivo del barranco puede hacerse saltando o en tobogán, pero hay zonas que obligan al rappel, el más alto de 20 metros. Para remontar el barranco se puede hacer uso de vías ferratas o seguir el propio curso del barranco con la ayuda de cuerdas. También hay la opción de contratar la actividad con una empresa y volver en lancha.  
  • Torrente de Pareis y Sa Calobra: es otro punto muy visitado en Mallorca y presenta unas paredes verticales espectaculares. En la zona confluyen diferentes torrentes que llegan hasta el mar formando un paisaje único. El recorrido es bastante transitado en verano, a pesar de la dificultad que presentan algunos tramos. 

 

A lo largo de la Serra de Tramontana se extienden numerosas poblaciones con un marcado acento rural. Entre ellas destaca Valldemossa, con calles empedradas y fachadas adornadas con macetas. La villa marinera de Deià también llama la atención, pero el destino más conocido es Sóller, al que se accede a través de un precioso tren de madera.

Calas y cuevas de Mallorca: un paraíso para los espeleólogos

La isla Mallorca cuenta con un sinfín de calas y playas recónditas que vale la pena visitar. Algunas de ellas son de difícil acceso y requieren una cierta preparación física, pero a otras se puede llegar sin complicaciones.

Para los amantes de la espeleología, dos propuestas interesantes son el Torrente Pareis, del que ya hemos hablado, y la Cala Varques, en la zona de Manacor. Allí se localizan unas cuevas subterráneas muy valoradas por los amantes de esta especialidad deportiva. Pero la oferta es mucho más extensa. En Mallorca se han contabilizado más de 10.000 cuevas, algunas de ellas de enormes dimensiones.

  • Pas de Vallgornera: esta espectacular cueva, de 73 km de longitud, fue descubierta accidentalmente en 1968 durante las obras de construcción de un hotel. Está situada en la zona de Lluchmajor; es la cavidad kárstica más grande de las Baleares y una de las mayores de Europa. Vallgornera ha sido estudiada a fondo por investigadores nacionales y extranjeros. Todos coinciden en destacar su diversidad morfológica, la composición mineral, la acumulación de restos fósiles y su compleja estructura, con algunas áreas totalmente sumergidas. Por eso se la denomina "la cueva de la ciencia".
  • Cueva de Sa Gleda. Es la cueva bajo el mar más grande de Europa. Se encuentra en la zona de Manacor, tiene una longitud de unos 13 km y una profundidad máxima de 25 metros. Muy pocos submarinistas han llegado a conocer por completo su estructura laberíntica.

 

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