
A veces sobrevaloras una montaña y la recorres cargado de material que nunca utilizas. Otras veces ocurre lo contrario, infravaloras una montaña y por esa razón te ves escaso de material. Esto es exactamente lo que nos ocurrió con el Dent Blanche, un monte que a todas luces parecía sencillo y que nos serviría como fácil aclimatación para nuestro objetivo principal, pero que nos dio una pequeña bofetada en la cara.
Avanzando tranquilamente por el valle, al principio prácticamente llaneando
Desde Ferpècle hay que superar más de 1.600 metros de desnivel para llegar al Refugio del Dent Blanche por un itinerario que primeramente discurre entre verdes praderas y bosques de pinos pero que poco a poco se introduce en el Glaciar des Manzettes y se vuelve más rudo. Todo el recorrido está bien marcado, pero en la parte superior hay que andar mucho más atento para no perder las señales, ya que a veces se trata de caminar entre rocas sin un sendero aparente. Sólo pisamos nieve en el último tramo, donde es inevitable entrar en el glaciar para llegar al refugio.
Ricardo Puerto es montañero, escalador apasionado y creador de Adventoorer, un sitio web para los amantes de la montaña en el que cualquiera puede colaborar:
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