viernes. 19.04.2024
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Es un hecho que la industria del turismo es a día de hoy una de las industrias más potentes del mundo. De acuerdo con un reciente estudio, el turismo movió más de 6,5 Billones de euros en la economía mundial sólo en 2016. Según dicho informe, los viajes de turistas internacionales se dispararon a más de 1,19 mil millones en 2015, una cifra alarmante en comparación a los 528 millones de hace 10 años.

De alguna forma, estos números pueden ser positivos. Diversos estudios han probado durante años que el hecho de viajar y el propio turismo expanden la visión de las personas a cotas superiores, así como nos hace más empáticos e, incluso, hace que los viajeros estén más sanos. Además, muchas comunidades alrededor del globo dependen única y exclusivamente del turismo para subsistir.

Sin embargo, las noticias que casi siempre nos llegan son historias de turistas irrespetuosos, personas que hacen disminuir la calidad de vida de las gente local, fomentando así el declive en la sostenibilidad de los ecosistemas y las comunidades, así como una falta de respeto alarmante a la cultura local.

Obviamente, el turismo no es un problema en si. Sí lo es la manera en la que parece haberse reconducido en las últimas décadas, esto es, si es ético o no.

¿Qué es un turista ético?

Ser un turista ético en relación con la economía local, el medio ambiente y las personas significa ser consciente de las consecuencias de tus acciones como turista y actuar en consonancia y de forma adecuada. Aquí te traemos unos pocos ejemplos para conseguir ser un turista más ético, si es posible.

 

Gasta localmente

Una forma fácil de ser un turista más ético es tener consciencia de donde gastas tu dinero. En lugar de dar tus euros a los conglomerados internacionales o transnacionales del mundo del turismo, opta por gastar en tiendas locales, de artesanos de la zona y de compañías reconocidas por su conciencia ética.

Reconsidera tus prioridades. Analiza y sé consecuente con qué lugares visitas

Debido a la sobreexplotación de ciertos lugares turísticos, como pueden ser Venecia o Dubrovnik, la industria del turismo ha hecho impracticable vivir en ellos, debido en gran parte a los grandes cruceros y grupos turísticos que allí desembarcan.

Mientras en la ciudad de Venecia viven aproximadamente unas 265.000 personas, los visitantes ascienden a más de 24 millones cada año. Su población ha disminuído en dos tercios del total durante los últimos 50 años, asfixiados por las incomodidades de vivir en una ciudad dedicada por y para el turismo. Asimismo, la pequeña ciudad croata de Dubrovnik recibe turistas del todo el mundo llegando a colapsar las calles de su maravilloso casco histórico. En un solo día de agosto, la ciudad puede recibir más de 10.000 visitantes, algo completamente insostenible para la población local y sus rehabilitados monumentos. De hecho, las autoridades locales buscan cortar el número de cruceros y han instalado una red de cámaras de seguridad en un intento de gestionar el flujo de turistas.

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Dubrovnik primero y Venecia segundo, dos ejemplos de la masificación del turismo

Estos son solo dos ejemplos de otros tantos que han visto cómo la vida en sus localidades ha cambiado hacia peor. Para combatir este hecho, se puede optar por visitar los lugares más turísticos fuera de temporada de forma independiente, o contratando a través de guías locales en grupos reducidos.

Sé consciente medioambientalmente hablando

Y con ello no nos referimos a ser simplemente una persona que no ensucie lugares públicos, significa que no quede rastro de tu paso por cualquier lugar, significa que hay que ser consciente en todo momento de cómo cualquier pequeña acción que lleves a cabo tiene unos efectos en el mundo que te rodea.

Desde tu forma de moverte, pasando por la compañía con la que viajes o el simple hecho darte un baño y no una ducha en un país especialmente seco, hasta comprar productos hechos de materiales extraídos a partir de animales en peligro de extinción… todo ello genera un impacto mayor o menor, dependiendo de la gravedad de los hechos, en el medio ambiente y en la comunidad que allí vive.

Sé respetuoso

Por el simple hecho de que estés de vacaciones, ello no significa que puedas actuar como te venga en gana… Ahí van 3 maneras de actuar muy sencillas para ser respetuosos con la gente local:

  • Trata de aprender el lenguaje local. Sólo aprendiendo unas pocas frases del idioma, estás indirectamente diciendo a la gente de ese lugar que estás deseando aprender más de su cultura y costumbres.
  • Córtate con las fiestas. Esto no significa que no te dejes llevar y no aproveches el viaje para pasar buenos momentos, lo único que debes hacer es tener cabeza. No te emborraches en lugares que en tu país no harías, mantén tus niveles de ruido en áreas públicas al mínimo…
  • Infórmate bien de las costumbres del lugar. Las costumbres locales varían extremadamente de un lugar a otro. Averigua antes de viajar aspectos generales como por ejemplo, qué ropa es la adecuada, costumbres a la hora de comer o cómo ser respetuosos en el famoso arte del regateo.

 

Sé responsable con la vida salvaje de tu alrededor

¿Es la vida salvaje compatible con el turismo? Siempre habrá debate en torno a esta pregunta. No es ningún secreto que cualquier contacto de los humanos afectará a los animales y sus ecosistemas, pero la verdad es que los safaris y los avistamientos de gorilas, por poner dos ejemplos, nunca van a desaparecer. 

Por lo tanto, creemos que en lugar de buscar la total prohibición de este tipo de turismo, lo que tenemos que hacer es conseguir usar dicho turismo para ayudar a mantener los hábitats y ecosistemas, así como concienciar sobre los animales que estén en peligro de extinción y poder alertar de los riesgos a los que se enfrentan.

El debate de AirBnb

El modelo de alquiler a corto plazo de Airbnb tiene muchos beneficios como bien sabemos: te permite convivir con personas locales y así obtener una experiencia de viaje más enriquecedora seguramente, así como conseguir un alojamiento para cada presupuesto o incluso poder dormir en lugares que nunca te habrías imaginado.

Sin embargo, debido entre otros factores, a la gran falta de regulación legislativa, este estilo de alojamiento puede traer efectos adversos para los principales centros turísticos. El ya famoso problema para conseguir un alquiler mensual en el centro de las ciudades turísticas por la escasez de oferta a largo plazo es el más claro ejemplo. Ya conocemos ciudades en España como Valencia o Palma de Mallorca, que están comenzando a imponer regulaciones a este tipo de alquiler vacacional y poder dedicar esos pisos o apartamentos a alquiler residencial.

Por lo tanto, desde la perspectiva del turista, es importante que investiguemos los efectos de los alquileres vacacionales en las comunidades locales. Trata de averiguar si el alquiler de un apartamento durante un fin de semana alejará aun más el acceso a la vivienda a los locales o si de hecho, traerá beneficios e ingresos palpables para los vecinos.

Desde Sal&Roca creemos que hay que viajar. Para nosotros es una parte imprescindible de la vida que te abre la mente y te beneficia como persona. Poder interactuar con otras culturas, desde la vecina hasta la del extremo opuesto del Planeta, es una de las cosas más enriquecedoras que existen a nuestro parecer. Pero siempre tratando de ser consciente de nuestras obligaciones y limitaciones, así como de mantener el máximo respeto por las comunidades y ecosistemas locales, tratando de dejar la menor huella posible. 


 

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