martes. 23.04.2024

Hasta el año 2015 se han fabricado unos 6.300 millones de toneladas, y la mitad ha sido generada en los últimos 13 años

Los plásticos más comunes no suelen ser biodegradables y se mantienen relativamente estables en largos periodos de tiempo

Hoy es posible encontrar plásticos en los estómagos de múltiples especies de aves marinas, pero también en gran variedad de animales acuáticos


Los plásticos son, junto con el acero y el cemento, los fundamentos básicos de la vida moderna. Son esenciales en campos tan diversos como la electrónica, la alimentación, la cosmética o la vestimenta. Sin embargo, también tienen un lado oscuro: la ingente cantidad de residuos que generan, altamente contaminantes en muchos casos, y que amenazan, literalmente, con sepultarnos.

Un reciente análisis publicado en la revista Science Advances y realizado por los investigadores Roland Geyer, Jenna R. Jambeck y Kara Lavender Law, ha proporcionado la primera visión global del uso y abuso de los diferentes tipos de plásticos. Hasta ahora, después de casi un siglo de uso intensivo, no se disponía de información completa sobre el destino final de la ingente cantidad de este material que generamos y que es ubicuo.

En el año 2050 se habrán superados los 12.000 millones de toneladas incineradas

La producción masiva de plástico surgió tras la Segunda Guerra Mundial y desde entonces su fabricación se ha incrementado de manera significativa, habiéndose extendido su uso a ámbitos muy diversos. Así, aproximadamente el 10% en peso de todos los residuos generados por un hogar medio en un país desarrollado consiste en diversos tipos de plásticos, esencialmente envases no retornables.

La mayor parte de los plásticos se producen a partir de combustibles fósiles. Se estima que hasta el año 2015 se han fabricado unos 6.300 millones de toneladas, y la mitad ha sido generada en los últimos 13 años. De esta inmensa cantidad solo el 9% ha sido reciclado, mientras que un 12% ha sido incinerado y la mayor parte, el 79%, está enterrada en basureros. La cuantía total producida en estos momentos, incluyendo la proporción que está en uso (piezas de electrodomésticos, vestimenta... asciende a 8300 millones de toneladas. Se estima que, de seguir el ritmo actual, en el año 2050 se habrán superados los 12.000 millones de toneladas incineradas, con la consiguiente contaminación atmosférica, y una cantidad similar se encontrará sepultada. 

La cadena contaminante de los plásticos

Los plásticos más comunes no suelen ser biodegradables y se mantienen relativamente estables en largos periodos de tiempo. Sin embargo, la luz los puede dañar y terminan convertidos en partículas de tamaño milimétrico o submilimétrico, de alto impacto ambiental en ambiente acuáticos, tanto marinos como fluviales o lacustres. Así, una parte de los residuos termina no solo en los basureros, sino que contaminan las aguas y terminan en los mares, en donde llegan a cubrir grandes superficies, especialmente en el océano Pacífico. Se estima que aproximadamente cada año terminan en los océanos unos ocho millones de toneladas.

En la actualidad es posible encontrar plásticos en los estómagos de múltiples especies de aves marinas, pero también en gran variedad de animales acuáticos. Así, estos materiales artificiales interrumpen los ciclos reproductivos de gran numero de seres marinos, entran en la cadena de alimentos y terminando en el cuerpo humano. Por tanto, el uso desproporcionado de plásticos de uno solo uso y su tratamiento inadecuado, incluyendo un bajo nivel de reciclado, tiene un efecto directo y muy adverso sobre los seres humanos.

Cantidad de plástico que termina en los océanos. Cada año se depositan alrededor de 8 millones de toneladas. En la superficie de los mares se encuentran flotando entre 6350 y 245000 toneladas.

La conclusión de Dr. Geyer, primer autor del estudio, es que solo el reciclado efectivo puede proporcionar la solución, y que deben realizarse diseños más efectivos para que los diferentes materiales puedan reutilizarse y reciclarse numerosas veces, reduciendo así la cantidad de residuos. Solo un uso responsable permitirá continuar con el uso de un material que tanto facilita la vida.

La contaminación producida por los tejidos artificiales

Aproximadamente la mitad la ropa que utilizamos en la actualidad está fabricada con fibras sintéticas. Al lavar estas prendas desprenden fibras que se disuelven en el agua y terminan en el océano. Se estima que se terminan vertiendo en las aguas entre 140.000 y 700.000 fibras por cada 6 kilos de lavado, dependiendo del material, según un estudio publicado por Imogen Napper y Richard Thompson, de la Universidad de Plymouth.

Entre los elementos que son altamente contaminantes se encuentran los impermeables modernos, que contienen compuestos perfluorados (PFC en inglés), que permiten el paso del aire pero no del agua. Su uso se ha incrementado de manera tan sustancial que ahora se encuentra PFC en distintos ambientes marinos con gran facilidad. Sin embargo, existen alternativas tan buenas como los PFC para impermeabilizar diferentes materiales. De hecho, existen vías naturales para crear plásticos: árboles, basura fermentada, la piel artificial con piñas, entre otros, pueden ser utilizados como sustitutos de materiales más contaminantes, minimizando el impacto ambiental.

Artículo escrito por Jaime Fernández, publicado originalmente en Bez y reproducido bajo licencia CC BY-NC-ND 4.0