sábado. 27.04.2024
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Glaciar Exploradores | © Laura Sánchez
Tercer artículo de la Guía básica para practicar montaña invernal con seguridad. Pincha aquí si quieres leer el segundo

La montaña invernal practicada con seguridad exige una buena planificación y un equipamiento completo. En cada decisión que tomemos podemos ponernos en peligro, provocar o agravar un contratiempo. Una vez en la montaña ¡no nos podemos relajar! Actúa siempre con prudencia y con sentido común.


  1. Madruga, camina con la luz
  2. Valora al grupo
  3. No te separes ni dejes solo a nadie
  4. Ten en cuenta las alternativas más cortas
  5. Bebe, come y protégete del sol
  6. Usa los mapas y comprueba horarios
  7. Actuar ante un alud
  8. Comprueba la meteo

Madruga, camina con la luz

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Cordillera del Himalaya | © Laura Sánchez

Para salir a la montaña en invierno hay que madrugar, mejor olvídate si no quieres hacerlo. El día es muy corto y lo prudente es estar de regreso cuando todavía quedan varias horas de luz. Así contamos siempre con un margen de seguridad para solucionar contratiempos, un tiempo que puede resultar vital.

Piensa que...

  • Si nos levantamos con el sol, disponemos de todas las horas de luz para completar la ruta.
  • Si ocurre cualquier incidente, contamos con más tiempo, más horas para recibir ayuda o para llegar a destino.
  • Tanto si no aprovechamos bien las horas de luz como si erramos en nuestros cálculos podemos vernos obligados a pernoctar a la intemperie, situación indeseable si no la teníamos prevista y que puede entrañar verdadero peligro.

Valora al grupo

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Ascensión al Huayna Potosí© Aldo Azcona

Presta atención durante toda la salida a los integrantes del grupo. Estamos realizando una actividad que requiere esfuerzo y exige estar siempre atento. Por ello, evalúa la motivación y el estado físico, con especial cuidado de las personas más jóvenes o inexpertas. Así te asegurarás que tengáis una buena experiencia en la montaña invernal.

No te separes ni dejes solo a nadie

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Cordada en el Nevado Mateo© Aldo Azcona

Si sufrimos un percance, mejor contar con compañía. Dejar a solas a alguien suele ser el origen de problemas mayores. Es más fácil que una persona sola se desoriente o tome una decisión equivocada.

Toma precauciones

Una de las situaciones que puede generar mayor peligro es la división de un grupo. La mejor recomendación es no dividirlo nunca, pero si no podemos evitarlo, tomaremos esta precaución básica: 

  • Que en cada subgrupo haya gente capaz de conducir al resto a destino.

Igualmente, debemos evitar dejar sola a una persona. Retrasarse o quedar a la espera del retorno del grupo comporta también importantes peligros:

  • Si nos espera a la intemperie puede sufrir hipotermias o congelaciones.
  • Es muy habitual que la persona se canse de la espera y haga algo no acordado, como regresar sola, sin esperar al grupo.
  • Las posibilidades de caer en situaciones de nerviosismo y desorientación se multiplican.

Ten en cuenta las alternativas más cortas

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Campo Base del Annapurna. Al fondo el imponente Machapuchare | © Laura Sánchez

Lo importante es disfrutar del medio, si no podemos culminar hoy la ruta lo haremos otro día. Hay que prever siempre itinerarios alternativos y, ante un contratiempo, elegir el más corto. Cuando las circunstancias lo aconsejen, no dudaremos en dar marcha atrás.

Toma buena nota:

  • Antes de tomar una decisión, valora los itinerarios alternativos y los horarios de ida y de vuelta.
  • Ante la duda, elige siempre la opción más corta y/o segura.
  • Dar marcha atrás no es ningún fracaso: hazlo si piensas que es lo más razonable en ese momento.
  • Evalúa al grupo y si alguien no va bien, considera las alternativas al objetivo inicial de la salida.

Piensa que, conforme avanza el día:

  • Aumenta el agotamiento y, normalmente, disminuyen nuestras reservas de comida y de agua.
  • Se reducen las horas de luz y la temperatura ambiente cae.
  • Muchas pequeñas dolencias tienden a agravarse.

¡Sé siempre prudente, no te la juegues!

Bebe, come y protégete del sol

El ejercicio físico y el contacto con el medio aumentan nuestro metabolismo: necesitamos mayor aporte de agua y de energía. El sol nos da calor y luz pero también radiaciones que pueden dañar nuestra piel y nuestros ojos. Además la radiación de la luz en la nieve se refleja pudiendo producirnos lesiones y ceguera temporal.

Reflexiona

Las actividades en la montaña nos sitúa frente a las agresiones del medio, que actúan sobre nosotros conjuntamente (cambios de temperatura, exposición al sol, trabajo muscular...).

En la montaña nevada se acentúan estos factores. Necesitamos más protección, más hidratación y energía. Con la altitud disminuye la densidad del aire, reduciéndose la presencia de oxígeno por lo que el esfuerzo necesario es mayor. 

El sol puede ser un silencioso enemigo que nos estropee la jornada provocándonos insolaciones, quemaduras y problemas de visión, como la llamada ceguera de la nieve. Hay que llevar siempre gafas de sol de filtro solar adecuado (factor 4) y cubrir y proteger la piel. Recuerda que la nieve tienen un efecto espejo que multiplica la radiación solar.

No debemos olvidar...

Consultar el índice de radiación ultravioleta (UV) previsto para la jornada y tener en cuenta que será mayor en altura y con nieve. Lo encontraremos en la web de la Agencia Estatal de Meteorología: http://www.aemet.es/es/eltiempo/prediccion/radiacionuv

Usa los mapas y comprueba horarios

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 © Joshua Woroniecki

El mapa y la brújula son insustituibles para orientarnos en el medio, utilízalos y comprueba con ellos que estás cumpliendo los horarios previstos. El GPS puede ser un buen complemento de los anteriores, pero no dependas sólo de él.

Aprovecha tus salidas

  • Cada salida es una ocasión para mejorar nuestro conocimiento de los mapas y de las herramientas de orientación y para enseñar su interpretación y su uso a otros, en especial a las personas más jóvenes e inexpertas.
  • Si el tiempo es bueno, podemos aprovechar las paradas para estudiar el mapa, jugar a reconocer elementos en el paisaje y comprobar con la brújula su orientación.
  • También es una buena ocasión para planificar otras salidas contrastando la información del mapa con la que nos ofrece el terreno.

La montaña invernal y los caminos de verano

La montaña invernal es muy diferente a la montaña estival. La nieve cubre los caminos y las señales y ya no son tan evidentes los recorridos. Además muchos de los recorridos de verano atraviesan zonas altamente avalanchosas. Por eso deberemos de "leer la montaña" y saber desplazarnos por terreno nevado, eligiendo el itinerario con menor riesgo que nos lleve a nuestro destino, aunque esto implique abandonar el camino de verano.

Progresaremos por:

  • laderas aterrazadas con poca inclinación.
  • espolones.
  • crestas amplias.

Y deberemos evitar:

  • laderas a sotavento con acumulación de nieve.
  • zonas próximas a fuertes pendientes.
  • medias laderas en laderas con fuerte inclinación.
  • zona de acumulación preferente (fondos de valle estrecho).

Recuerda que solo la experiencia y contar con profesionales para nuestra formación nos harán progresar con seguridad por la montaña invernal.

Consigue cartografía adecuada para tus actividades

Hazte con mapas, guías y folletos de actividades invernales. En los puntos de partida de las excursiones o en los alojamientos habituales de montañeros suele haber buenos mapas de la zona, aprovecha para comprarlos e ir siempre bien preparado.

Actuar ante un alud

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© Jacky Barrit

Como en toda emergencia es muy importante mantener la calma. Esto nos ayudará a tomar las decisiones adecuadas.

También es importante actuar con rapidez y seguridad ya que los primeros minutos después del enterramiento son claves para poder rescatar a nuestro compañero con vida. Para ello es clave que todos los miembros del grupo tengan ARVA,  pala y sonda, que sepan como utilizarlos y que conozcan el protocolo a seguir.

Además recuerda que no bastará con conocer el protocolo, habrá que practicarlo de manera periódica con el fin de tenerlo mecanizado el día que nos haga falta de verdad. Esto podrá salvar nuestra vida o la de otras personas tanto de nuestro grupo como de otro que nos encontremos.

Para saber más...

Pero recuerda que si quieres aprender de la mejor manera posible, la verdadera formación se adquiere de la mano de profesionales y con mucha práctica sobre el terreno.

Comprueba la meteo

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© Simon

Hoy día la información disponible es bastante fiable pero las variaciones a nivel local pueden ser importantes, más aun en entornos montañosos. Por eso, debes consultar la previsión meteorológica de forma previa a la actividad, prestar atención a la evolución meteorológica y si fuese necesario tomar las decisiones oportunas (darse la vuelta, optar por una ruta alternativa...).

Durante la ruta

A que nos expone la meteorología en invierno

  • Tener que caminar sobre nieve recién caída, más inestable y de difícil progresión.
  • Si hace mucho viento, tener que soportar temperaturas muy bajas y peligro de congelación por la combinación de viento y frío (sensación térmica).
  • Sufrir problemas de visión por el exceso de radiación 
  • Exponernos a aludes por aumento repentino de temperaturas.

Éste ha sido el tercer artículo de una serie de cuatro donde se exponen nociones básicas de seguridad en montaña invernal. En el próximo hablamos de cómo saber actuar en la montaña con prudencia.  

Montaña Segura es una campaña de prevención de accidentes en el medio natural fruto de un convenio de colaboración entre Gobierno de Aragón, Aramón y la Federación Aragonesa de Montañismo

Pincha en la imagen a continuación para ir directamente a la web de Montaña Segura

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Guía básica para practicar montaña invernal con seguridad III: actúa con prudencia