sábado. 27.04.2024
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En esta entrevista hablamos con Aqila Hashimi, una alpinista afgana refugiada en España que nos cuenta cómo se inició en el mundo de la montaña, a qué retos se enfrentó y cuál es la situación de las mujeres en Afganistán. También nos presenta su proyecto, “Aqila, más allá de la cumbre”, con el que espera llevar a la cima del Mont Blanc la voz de las mujeres afganas.

Puedes contribuir con este proyecto en

Girls on the Wall (GoW): Hola, Aqila. Gracias por hacer esta entrevista y dedicarnos tu tiempo. Si te sientes cómoda, me gustaría preguntarte por la situación en Afganistán y por qué te viniste a España.

Aqila Hashimi

Aqila: Como sabes, la situación en Afganistán es muy mala, especialmente para las mujeres. Las mujeres no podemos ir a clase, al trabajo, a comprar… Es muy duro para las mujeres, especialmente para las mujeres que trabajaban durante el mandato del expresidente de Afganistán y ahora solo pueden quedarse en casa, sentadas. No hay nada para ellas. Algunas mujeres solían hacer deportes como ciclismo, montañismo, fútbol, volleyball, etc., pero ahora están en sus casas sentadas. No hay nada para las mujeres en Afganistán.

GoW: Pero esto no siempre ha sido así. En Afganistán, por ejemplo, las mujeres pudieron votar décadas antes que en España. Pero esto cambió bajo el control de los talibanes, ¿verdad?

Aqila: Sí, desde luego. Antes de venir a España estuve un mes y medio bajo el control de los talibanes. No podía salir de casa por las actividades que hacía yo, y las de mi hermana y mi padre. Mi padre tenía un trabajo en el Gobierno y mi hermana estaba en el ejército. Y yo soy una montañera en Afganistán, así que no puedo salir de casa. Así que después de mes y medio bajo el control de los talibanes, nos fuimos a Pakistán gracias a una organización llamada “Too young to wed”. Esta organización estaba ayudando a llevar a gente de Afganistán a Pakistán. Después de seis meses y medio, nos trasladaron a España y desde entonces hemos estado viviendo aquí, durante un año y medio, primero en Madrid y ahora en Vigo.

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GoW: Viniste aquí con tu familia, ¿verdad?

Aqila: Sí. Vivo con mi familia, con mis dos hermanas, mis dos hermanos y mi madre.

GoW: Y eres ingeniera.

Aqila: Sí. Me gradué en Ingeniería Química. Y ahora estoy aprendiendo español.

GoW: Tu proyecto, “Aqila, Más Allá de la Cumbre” es escalar el Mont Blanc, ¿no? Pero ese no es el pico más alto al que has subido. Ya tienes bastante trayectoria, ¿verdad?

Aqila: Sí, no va a ser el más alto, pero sí va a ser un reto. Para mí, es un buen proyecto porque soy la voz de las mujeres que hemos crecido en Afganistán, donde no puedes trabajar o ir al colegio o a la universidad. Subir una montaña no es algo que se pueda hacer en Afganistán con la situación actual y es un pequeño esfuerzo que quiero hacer por ellos, especialmente por las mujeres.

GoW: Es muy importante tener referentes, ¿no? Ver que alguien puede hacerlo. Si ves que otra mujer ha sido capaz de hacerlo, entonces crees que a lo mejor tú también puedes.

Aqila: Desde luego. Y ese es el trabajo de las mujeres que se han ido de Afganistán a otros países. Es algo pequeño que puedo hacer aquí y es mi deseo hacerlo, escalar este desafío, esta montaña europea. Y sería la primera vez que lo hiciera. Me encanta. Es muy importante para mí. Seré la voz de las mujeres que viven en Afganistán. Es fundamental para las mujeres y niñas que se han ido a otros países como España, América, Australia… todas estamos haciendo actividades y las hacemos por las mujeres afganas.

GoW: Eso es muy bonito.

Aqila: Sí. Muy bonito.

GoW: ¿Y cómo te puede ayudar la gente a conseguirlo? ¿Cómo podemos ayudarte?

Aqila: Ahora mismo, necesito que la gente me ayude con el dinero. Necesitamos dinero y necesitamos material de montaña, como ropa, cosas como crampones, piolets, etc. Y también gente que me pueda guiar en el Mont Blanc porque es la primera vez que subiría. Estoy viendo vídeos y estudiándome la montaña, pero no lo tengo del todo claro. Necesito un guía. Si alguien puede ayudarme, por favor, que lo haga.

GoW: Esa es la idea: ayudarte en lo que podamos. Esperemos que podamos llegar a mucha gente para que la comunidad pueda ayudar.

Aqila: Claro.

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GoW: ¿Podrías contarme algo de tu trayectoria en alpinismo y la montaña? Porque has subido más picos. Creo que subiste al Noshaq, ¿no?

Aqila: Vale, podemos hablar de mi experiencia en Afganistán. Empecé a hacer montaña en Afganistán en 2017. En ese momento, empecé como una aficionada, porque me encanta la montaña. Cuando empecé a hacer montaña con mis amigos, estaba en un equipo que se llamaba Qachar. Algunas del equipo éramos mujeres. Así empecé a hacer montaña en Afganistán. Y es muy duro para las mujeres porque que las mujeres hagan montaña y escalen no es parte de nuestra cultura. Pero cuando empecé a hacerlo, descubrí que era una habilidad que tenía y que no se reducía a hacerlo por diversión. Esta habilidad mía era muy fuerte, así que planeé cómo seguir con ella. Decidimos escalar la montaña más alta de Afganistán. Y nos lo tomamos muy en serio: todas las semanas entrenábamos duro. En 2020, nos unimos a otro equipo que se llamaba Hike Venture of Afghanistan. Planeamos viajar a las diferentes provincias de Afganistán, como Panshir.

En uno de estos viajes de entrenamiento, una compañera del equipo, Fatima Soltani, y yo fuimos de las primeras en subir la montaña más alta de Panshir. Como digo, era un entrenamiento, pero uno muy importante porque, después de ese viaje, el organizador del equipo decidiría quién se uniría a ellos en la expedición al Noshaq

Al final, el organizador nos seleccionó a mí, a Fatima, a Tahira y a otros seis hombres. El 18 de julio decidimos viajar a Badajshán, una provincia de Afganistán. Las montañas más altas del país están en esta provincia y el pico más alto es el Noshaq. Cuando llegamos a la capital, pasamos allí una noche y después tuvimos que esperar. Una ruta no estaba muy clara y la que sí lo estaba, estaba bajo el control de los talibanes, así que no podíamos ir por allí. Al final, decidimos ir a otro pueblo que estaba cerca del Noshaq y, después de hacer noche allí, llegamos al campo base a las 4 de la tarde. Cuando vi el Noshaq sentí que se me paraba el corazón. Subir ese pico, hermoso y peligroso, es algo muy serio. Por un momento pensé que iba a ser muy duro, pero me dije “Has superado muchos problemas en tu vida. Esto no es nada. Tienes que seguir adelante y comprometerte con ello”. Después de eso, seguimos y, al cabo de 17 días, estábamos de vuelta. Y lo habíamos conseguido: habíamos hecho cumbre en la montaña más alta de Afganistán. Tuvimos muchos problemas porque no éramos alpinistas profesionales, pero lo conseguimos de todas formas. Por ejemplo, uno de los problemas es que estábamos usando por primera vez gran parte del material (crampones, piolets, guetres…) y también que era un recorrido muy largo para nosotros: estuvimos siete días en la montaña rodeados de nieve. No había nada más, solo hielo y nieve. Fue muy duro, pero teníamos mucha energía y motivación para llegar a la cima y mantuvimos una mentalidad positiva diciéndonos que podíamos hacerlo. Y era verdad: pudimos hacerlo.

 

 

GoW: Sí que pudisteis.

Aqila: Sí, sí. Lo hicimos, sí. Por lo demás, hicimos cima en ocho montañas en Afganistán, de diferentes alturas y en provincias distintas, como Badajshán, Bamiyán, Panshir o Gazni. Gazni no era segura en ese momento. El nombre de la montaña era Mir Samir. Cuando fuimos allí, los talibanes estaban empezando a tomar algunas provincias de Afganistán y, por desgracia, por nuestra seguridad no pudimos hacer cumbre, aunque estábamos ya muy cerca. Espero poder hacerlo algún día.

GoW: Esperemos. Es una lástima, pero también es muy inteligente saber cuándo decir “Vale, esto no es seguro. No vamos a hacerlo. Aunque estemos cerca, no vamos a hacerlo”.

Aqila: Sí, claro.

GoW: ¿Y por qué las montañas? ¿Por qué te gustan? ¿Por qué haces alpinismo? ¿Por qué escalas?

Aqila: El principal motivo es que me encanta la montaña. Y estoy abriendo camino a las chicas a las que también les encanta la montaña o el deporte pero no pueden hacerlo porque en Afganistán, la montaña es solo para hombres. Estoy demostrando que las mujeres pueden hacerlo. La gente cree que estas actividades son solo para hombres, pero no es así: yo rompí esta idea con mi propia experiencia y otras mujeres pueden hacer lo mismo. También rompí esta idea en mi familia: a mi familia no le gustaba que las mujeres hicieran montaña o practicaran deportes. Pero les demostré que estaban equivocados. Lo hice. Fui en contra de lo que creía mi familia.

GoW: Ha debido de ser duro. Nadie quería que te dedicaras a esto y aun así lo hiciste.Aqila: Claro. Al principio fue muy duro. No le conté a nadie que iba a la montaña porque me daba miedo que, si la gente lo sabía, mis parientes y amigos le dirían a mi madre que no era una buena hija: “Tu hija va a la montaña, no es una buena hija”. Pero seguimos sin parar y entrenamos y entrenamos hasta 2020 y, cuando hicimos cima en la montaña más alta, mi familia estaba muy orgullosa de mí. Y mis amigos, mi otra familia, también estaban orgullosos de mí.

GoW: Eso es genial.

Aqila: Sí, desde luego. Fue duro, pero lo conseguí.

GoW: Sí, y con suerte has hecho que sea posible para otras chicas que quieran hacerlo.

Aqila: Sí. Después de 2020, he recibido muchos mensajes de chicas preguntándome “¿Cómo me puedo unir a tu equipo de montaña?”. Después de eso, muchas chicas se unieron a nuestro equipo.

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