viernes. 19.04.2024
SURF Y CAMBIO CLIMáTICO

¿Cuál es el futuro del surf?

Como surfistas, dependemos del mar y de su capacidad para generar olas, por lo cual nuestro vínculo con la naturaleza es directo. Nos sentimos conectados con los océanos y formamos parte del equilibrio. Equilibrio que hoy se ve amenazado por la contaminación del agua y de las playas.

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Del 30 de noviembre al 11 de diciembre de 2015 se llevó a cabo la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en París (COP 21). Se reunieron todos los países con la voluntad de actuar frente al cambio climático a la espera de poder llegar a un acuerdo que permitiría mantener el calentamiento global bajo 2°C hasta el final del siglo. La agenda fue principalmente política y científica, pero también hubo un festival global de actividades culturales con el objetivo de sensibilizar y entusiasmar a ciudadanos de todo el mundo respecto a la urgencia, valor y oportunidades que se presentan para avanzar en la transición hacia una economía verde y sustentable.

En Sal&Roca nos pareció interesante analizar dónde se posiciona el Surf con respecto al tema. Como surfistas, dependemos del mar y de su capacidad para generar olas, por lo cual nuestro vínculo con la naturaleza es directo. Nos sentimos conectados con los océanos y formamos parte del equilibrio. Equilibrio que hoy se ve amenazado por la contaminación del agua y de las playas. Los océanos penan a regenerar su fauna frente a la pesca masiva e industrial. El calentamiento global derrite los glaciares y aumenta el nivel del mar, amenazando las pequeñas islas y tantas olas que hoy conocemos. Y nosotros, simples seres conscientes deslizándonos sobre las olas, ¿qué tenemos que ver con todo esto y qué podemos hacer al respecto?

[...] es nuestra responsabilidad comunicarles a las marcas y al circuito nuestras preocupaciones y expectativas medio ambientales

Con el número creciente de surfistas para olas limitadas, estamos aumentando de manera no sostenible nuestro impacto ambiental; nuestras tablas están (la mayoría) hechas de resina y fibra de vidrio, nuestros trajes son de neopreno, todos materiales tóxicos y difícilmente reciclables… Se le suman nuestros viajes en coche, avión, barcos, etc. que nos permiten desplazarnos hacia nuestras olas favoritas u olas desconocidas pero que son fuentes consecuentes de dióxido de carbono.

Por otro lado, el circuito mundial y la industria del surf en general no parecen tener como prioridad la conservación del medio ambiente. Los profesionales viajan por el globo más rápido que los mismos swells persiguiendo los tubazos y la próxima foto de portada de revista. Una semana están en Tahití, la otra en un campeonato en los Estados Unidos y la siguiente persiguiendo tubos de agua cristalina en Indonesia. En los campeonatos se usan motos de agua para llevar a los competidores al pico, para el placer visual del público. Y esto lo financiamos nosotros, los consumidores de la industria. Es nuestro dinero el que acaba por financiar el estilo de vida que llevan los mejores surfistas del mundo. Y a pesar de que nos alegren la vista con sus videos y fotos de maniobras que nunca lograremos, es nuestra responsabilidad de comunicarles a las marcas y al circuito nuestras preocupaciones y expectativas medio ambientales. El modelo competitivo es solo una manera de vivir el surf, pero definitivamente no es la más ecológica.

 

 

No queremos ser pesimistas llorones criticando lo que se hace con los brazos cruzados, ni tampoco hacerte sentir culpable cada vez que te metes al agua o te compras una cera. Pero sí creemos que es importante discutir, debatir e innovar con respeto al rumbo que seguirá nuestro magnífico deporte. El surf es un estilo de vida; una mente sana en un cuerpo sano, preocupados de respetar la naturaleza. Existen alternativas menos dañinas para la tierra, ya sean trajes de agua hechos con materiales reciclables o naturales, tablas de madera, preferir usar los transportes en común, etc. Lamentablemente estas opciones suelen rimar con tener que meterse la mano al bolsillo, al igual que comer orgánico o comprarse un coche eléctrico… No es fácil encontrar el equilibrio entre llevar un estilo de vida sustentable y llegar a fin de mes comiendo más que arroz.

Discutiendo, con creatividad y con amor, esta generación de surfistas tiene que proponer soluciones para que podamos seguir surfeando conectados con el mar por generaciones. Déjanos tu comentario!


 

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