viernes. 29.03.2024

Everestsunrise

Amanecer en el Everest el 18 de Marzo del 2014
Imagen del usuario de Flickr Hendrik Terbeck (CC BY-NC-SA 2.0)

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Para un país como Nepal marcado por la inestabilidad política, el Everest es una fuente de orgullo e identidad nacional, aunque en estos momentos no se puede decir que esté en su mejor momento. 

Desde las impolutas cumbres a la basura más evidente, el paisaje del Everest ha cambiado mucho en el último medio siglo, y escalar el pico es ahora más que nunca un gran peligro para la salud. 

Medios y tuits indignados nos dan una explicación de por qué:

 

Monte Everest, la muerte no es lo único que puede alejar a los alpinistas.

En su momento, el rescate de los alpinistas atrapados fue la principal preocupación del sector de turismo de alta montaña en Nepal, mientras que ahora rescatar la montaña se ha convertido en su foco principal. Según la BBC, los avances en tecnología y mejoras en el turismo de montaña de escalada en Nepal han hecho posible que, en un día con buen tiempo, puedan ascender a la cumbre del Everest más de 200 personas, cinco veces más que hace treinta años. De repente, el techo del mundo empieza a estar súper poblado.

Todos deberían dejar de defecar en el monte Everest.

Cómo alguien podría ensuciar un entorno tan limpio e impoluto es algo que se escapa a nuestra comprensión. Global Gypsies Travel Club…

En abril del 2014, una avalancha resultó en la muerte trágica de 16 guías sherpa, nombre que viene de la etnia que vive en el área alrededor de la montaña, muchos de los cuales son contratados, y la paralización de las actividades de escalada durante ese año, debido a las precarias condiciones de seguridad en Nepal.

Este año, la misma mala gestión ha permitido defecar sobre la nieve, lo que unido a los residuos de más de 5.000 ascensiones, lo han convertido en un verdadero peligro de propagación de enfermedades y contaminación, lo que ha llevado a bautizarle como bomba de tiempo fecal.

Todo esto es un problema no solo para los alpinistas, sino también para los sherpas y sus familias, porque también están amenazadas las principales vías fluviales.

Según la Organización Mundial de la Salud de las Naciones Unidas (OMS), la eliminación inadecuada de material fecal es responsable del 4 por ciento de las muertes y del 5,7 por ciento de los problemas de salud en el mundo.

El estado de la montaña es también susceptible de causar una baja importante en el número de la futuras expediciones, amenazar la sostenibilidad de la industria turística de Nepal y las rentas de cientos de familias de sherpas.

A la vista de las pérdidas, el gobierno nepalí ha intentado atraer a los extranjeros con una mezcla de la política del palo y la zanahoria, reduciendo el precio de la escalada en la primera parte del año 2015, pero también multando a los turistas que no vuelvan con la basura.

Esta última medida se ha puesto en marcha a partir del 2010, pero no todos coinciden en su efectividad.

Leo Schilts, un comentarista, escribió en un artículo en The Guardian:

Cualquiera que haya estado en Nepal sabe que los turistas no son la causa de los montones de basura y excrementos por todas partes […] Multar a los turistas por el fracaso del propio gobierno nepalí es un abuso desvergonzado típico de uno de los regímenes más corruptos en el mundo, el 126 de 175 en orden descendiente, según el indice de Transparencia Internacional de Percepción de la Corrupción. No se engañen pensando que el dinero va a solucionar el problema de verdad. Desde los años 60, en que empezaron los programas de desarrollo en Nepal, no ha se conseguido prácticamente nada, excepto enriquecer a una élite corrupta y banal y arrasar el entorno cultural y natural […] Me resulta frustrante que solo se preste atención a los titulares que parecen enfocar una crisis de emergencia tan importante como esta en la zona, desde una perspectiva meramente de las molestias que podrían ocasionar a las actividades de ocio de unos cuantos millonarios que tienen el dinero suficiente para pagar los 70.000 dólares, más gastos, que cuesta una acampada en el Everest. Lo encuentro súper egocéntrico.

Por otra parte, muchos argumentan que estas reglas no se aplican: a pesar de la limpieza de las expediciones que llevan a cabo otros equipos, como el caso de Apa Sherpa, un hombre de la zona que escaló el Monte Everest por primera vez en mayo del 2011, se estima que alrededor de 10 toneladas de basura están todavía en la montaña.

Sin embargo, no todo está perdido.

Muchos, incluyendo a los alpinistas, sugieren otras maneras de arreglar la situación como conceder menos permisos y expediciones mas pequeñas y restringidas, basadas en la experiencia.

Además, el director de la Asociación de Alpinismo de Nepal ha confirmado que, de aquí en adelante, los funcionarios apostados en el campamento base controlarán la basura en la montaña de manera más estricta que en años anteriores.

La temporada de escalada del Everest comenzó la primera semana de marzo y se prolongará hasta el próximo mes de mayo. Con la llegada anunciada de más de 700 alpinistas, los guardianes de la famosa montaña estarán bajo presión para cumplir con su promesa.

Fuente: Global Voices


 

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